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Se le había echo muy tarde, tenía que haber ido a traer a su hermano hace una hora, casi todo atarantado se levantó. Se había quedado dormido ya que no había podido dormir el día anterior por estar estudiando aunque en realidad estaba jugando con sus amigos. Tomó la chaqueta y salió de su casa corriendo, el parque estaba muy cerca así que solo le tomaría unos 3 minutos ir.

- Genya! - respiraba agitadamente, el clima era muy frío por lo tanto no podía respirar adecuadamente, vió a todos lados y no se encontraba ningún niño, solo una bicicleta, el Albino rápido pensó lo peor y comenzó a buscarlo.

Llevaba 5 minutos de buscarlo hasta que llegó abajo de los toboganes, ahí se escuchaba como alguien lloraba, se acercó con preocupación viendo como estaba su hermano y otro niño quien lo tomaba de la mano y le acariciaba la cabeza.

- Hey!

- Genya que te ocurre. - rápido se acercó apartando al niño de un lado. - Te estaban molestando? - pregunto intentando secar sus lágrimas.

- Hombre malo suelta a nenya! - soltó un golpe sobre su espalda.

El hombre miro sorprendido al niño y no entendió, había olvidado que ese niño también estaba ahí.

- No le pegues a Nisa, el no es malo. - lo detuvo el pelinegro quien se secaba las lágrimas.

- El es tu hermano mayor? - ladeo su rostro viendo al albino.

Sanemi solo se le quedó viendo y suspiro. - Genya que te paso? - pregunto nuevamente al menor.

- Nada iph hermano. - intento quintar el pequeño hipo que tenía.

- ¡Como que nada wenya!- alzó la voz tendiendo la atención del Albino. - Unos niños mucho lo molestaron, yo el rey Inozuke Hashibira lo defendí de esos cobardes que salieron corriendo. - alardeo cruzándose de brazos.

Sanemi se quedó viendo al menor percatándose del golpe que tenía en su mejilla, rápido miro a su hermano pero él no tenía nada en el rostro ni su cuerpo, ya que su ropa no se veia sucia al igual que la del niño de ojos verdes.

- Quieres un helado? - pregunto viendo al niño de ojos verdes quien los abrir.

- ¡Si! Me gusta el helado, más el de chocolate! Pero también el de menta, pero también me gusta muchisimo el de galleta! - dijo con emoción. 

El Albino suspiro y tomó a su hermano de la mano extendiendo la mano al niño quien se quedó viendo su mano.

- Si me lastimas te mataré. - dijo el menor sorprendiendo un poco al Albino ya que el niño no parecía de más de 6 años.

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- Entonces eso paso - dijo el Albino viendo a su hermano que estaba con la vista baja.

- hermano... Yo lo siento por no contarte. - dijo el menor.

- No, yo llegue muy tarde, me quedé dormido, tal vez lo pude haber evitado. - acarició su cabello y miro al niño quien estaba comiendo el helado como si no hubiera comido hace muchos días. - Y tu niño eres un desastre eh - lo limpio con su pulgar algunas partes del helado.

- Hey! Eso es mío! - rápido lo detuvo y lamió su dedo.

- Oye! No seas asqueroso. - se limpio al instante.

- ¡Inozuke! - la voz femenina se escucho por lo alto llamando la atención del de Esmeraldas que se levantó de la banca.

- Mamá! - dijo rápido y corrió a sus brazos. - Mira mami, ese señor feo me regalo un helado! - dijo emocionado.

- ¿Qué? - rápido alzó la mirada donde estaba el muchacho. - Inozuke, no seas irrespetuoso. - se colocó de cuclillas viendo la mejilla de su hijo. - Que te paso, quien te pego. - rápido volteo a ver al Albino quien se aproximo con su hermano.

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