IV

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Una semana después.

Estaban por terminar de desayunar, era muy tranquilo en realidad hasta que se escuchó como llegaban alguien en la puerta. Casi ignorado hicieron al cartero.

Ya tenían la carta en sus manos, ahora solo tenían que esperar a los demás que habían ingresado a esa dos becas, dos de aquellos cinco iban a recibir las becas y lo sabían muy bien.

Cuando ya estaban todos reunidos se quedaron en silencio, la mayoría querían ir, todos estaban nerviosos.

- Y-Y si la habríamos mañana? - sugirió el rubio con nerviosismo.

- Todos sabemos que dos se irán y los tres que quedan seguirán el año que viene - Recordó el peliburdeos.

- Okey. A la cuenta de tres. - Dijo el pelinegros un poco nervioso.

- Uno - dijo el de hebras azuladas.

- Dos - siguió el de hebras celestes.

- Tres. - tartamudeo el rubio.

- Ya! - alzó la voz el pelinegro comenzando a abrir su carta siguiéndole el ritmo los demás.

Todos dieron vuelta a la carta dejando ver la respuesta a los demás sin ellos verlo.

No aprobado: Hashibira.
Aprobado : Tokito.
No aprobado: Agatsuma. 
Aprobado : Shinasugawa.
No aprobado : Kamado.

El cuarto se quedó en silenció. Todos se vieron entre sí.

- Inozuke. - llamo su atención el pelinegros y lo tomo de la mano pero el nombrado solo bajo la mirada y negó. El pelinegro se mordió el labio inferior ya que él si quería ir a esa universidad con el de esmeraldas. 

- Bueno, ni modos quien fue el desafortunado que irá con este imbecil. - le dio un golpe al pelinegro regalándole una sonrisa ya que no quería ver su cara de lástima.

- Mierda! - dijo el de hebras celestes dejando la carta a un lado de la mesa.

- Felicidades Muichiro-sam. - aplaudió el peliburdeos. Se encontraba feliz que una de las personas más inteligentes tuviera la beca.

- Hay! Esto me da ganas de llorar, abrázame Tanjiro! - se abalanzó al peliburdeos llenándolo de mocos.

- No te preocupes zenitsu, el año que viene darán cuatro becas, simplemente tenemos que llegar puntual no como está vez. - Sonrió ya que por esa razón suponía que no habían alcanzado a responder las preguntas.

- Yo ire a comer. - se levantó dejando a los demás conversando.

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Ya era la una de la mañana, se le hacía extraño ver las luces prendidas. Se acerco a la cosina encontrando el causante.

- Es demaciado tarde para que comas helado a esta hora. - dejo su gorro sobre la barra a un lado del chico que tenía un tazón de helado.

- Tengo ambre viejo. - esquivo su mirada viendo el helado.

- No engañas ni a un ciego. - Tomo uno de las botellas de cerveza.

- ... No gane la beca. - empuño la mano. - Pero si Genya. - suspiró con tristeza. El albino lo miro detenidamente y dejo la botella en la mesa.

- Por esa razón es tu tristeza. - tomo una de las servilletas y el rostro del menor limpiando el helado de sus mejillas.

- Tú no entiendes, a ti te aceptaron la primera vez que tomaste la beca..... Además. - se mordió el labio inferior. - dicen que hay chicas lindas. - eso lo susurro. Sanemi parpadeo un par de veces y luego se separó.

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