La Cucaracha

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La cucaracha, la Cucaracha
Ya no puede caminar
Porque no tiene, porque le falta
Marihuana que fumar

Tropezando de vez en cuando, logró llegar a la habitación de la persona en que más confiaba en ese momento, llamó a la puerta con un golpe frenético, mientras sentía que en cualquier momento, el aire saldría de sus pulmones y el corazón le explotaría

Abrió la puerta una figura esbelta, con la que había tenido una discusión esa tarde, la preocupación era visible en su rostro cuando vió a la chica empapada de sudor, con lágrimas corriendo por sus mejillas y la respiración agitada. Casi enseguida de que la puerta se abrió, se lanzó a sus brazos y comenzó a sollozar

Con esfuerzos, la otra persona logró hacer que Gabriela entrara, ambas figuras se sentaron en la cama de la habitación y estuvieron así, en silencio, hasta que se calmó y le contó todo lo sucedido su acompañante


- Me... Me sentí... Cómo una sucia ramera - la voz se le quebró en la última palabra y volvió a caer en llanto


La otra persona empezó a darle caricias en la cabeza, mientras trataba de encontrar las palabras de consuelo adecuadas para la situación, a pesar de que nunca hubiera sido bueno en eso

- ... Lo lamento... Perdóname por no haber estado ahí... Te prometo que nunca... Nunca dejare que vuelvas a sentir esto... No se cómo... Pero lo haré

- ... ¿Lo prometes?

- ... Te lo prometo

Y después de esas palabras, y un rato más de abrazo, una de las dos personas se quedaba dormida

Mientras que la otra estaba planeando una manera de descargar su irá conta un solo hombre


Ya se van los carrancistas
Ya se van por el alambre
Porque dicen los villistas
Que se estan muriendo de hambre

Se aseguró de que Gabriela estuviera completamente dormida, la arropó, tomó una navaja de entre sus cosas y salió con sutileza. Dirigiéndose con paso decidido, evitó por los pelos a unos cuantos residentes, al llegar a la puerta, escondió el objeto punzo cortante entre sus mangas y tocó a la puerta firmemente

La figura del responsable de haber hecho llorar a una persona especial suya, abrió la puerta, los papeles ya habían sido retirados y las velas estaban apagadas todas. Con toda la labia que logro reunir, y aguantando las ganas de lanzarsele al cuello en ese mismo instante, inventó una excusa para ir a verlo tan tarde

- Muy buenas noches Padre, ¿podría hablar con usted sobre un asunto urgente?

- Sería mejor hacerlo en la mañana

- No... Necesito que sea ya mismo

El tono ansioso y preocupado con que dijo la frase hizo que el oyente dudará un breve momento antes de finalmente darle espacio para que entrará

Pobre de la Cucaracha
Se queja con decepción
De no usar ropa planchada
Por la escasez de carbón

El canto de la Adelita Donde viven las historias. Descúbrelo ahora