Hoy me quiero morir, quiero llegar a mi casa, comer algo rico, ver algún video de terror e irme a dormir, y no despertar mañana.
¿Qué se supone que dirán? ¿Que era una gran chica? ¿Que fui una buena persona? No, no soy una gran chica, ni una buena persona, ni soy la niña tierna que creen. No.
Estoy cansada, y muerta, desde hace mucho, desde aquella vez en la que le supliqué a lo que sea que esta dentro de mi cabeza que me dejara en paz, que me dejara vivir, cuando le dije que solo quería ser feliz y no dejó de atormentarme. Morí el día en que tuve terror durante la noche y buscando un abrazo de mis padres solo recibí un regaño. Morí cada noche que le pedía a Dios que me ayudara, que yo quería ser feliz, cuando le rogué que hiciera algo para sacar esto de mi mente. Morí el día en que nadie escuchó cómo me sentía. Morí todos esos días en que me despertaba sin ganas, con la esperanza de que fuera diferente, y me daba cuenta de que el día otra vez había terminado y no había podido ni salir de mi cama para bañarme.
Nadie sabe qué decir frente a una persona con pensamientos suicidas, no siento amor, ni dicha, ni esperanza, solo puedo sentirme como un zombie, y actuar en modo automático.
Pero seguro el ibuprofeno no me matará aún, porque sólo tomé dos pastillas, y no es suficiente, solo me adormecerá.
Todos quieren que me esfuerce más, que lo intente, que deje de decir que no puedo, y ya me cansé de esa mierda.
Supongo que nadie tiene nada qué decir cuando alguien simplemente ya se cansó de intentarlo.