Prólogo

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Sonaba que tocaban la puerta de la habitación de Muichiro, era demasiado temprano y no quería abrir, así que dijo lo suficientemente alto para que se escuchara detrás de la puerta un "Estoy dormido"

— Muichiro, hijo, ¿cómo vas a estar dormido si me estás contestando?— Escuchó que hablaba su madre detrás de la puerta con imágenes de sus anime, bandas y mangas favoritos.

— Supongo que soy un sonámbulo... — Dijo ya rendido, se levantó de la cama mientras frotaba su ojo, tratando de despertar por completo para atender a su madre.

Abrió la puerta y ahí estaba ella, con una clara mirada de preocupación, ahora estaba seguro, lo que le iba a decir, definitivamente, no era nada bueno.

— Suelta la sopa. ¿Qué sucedió? — Dijo con voz baja mientras seguía tratando de despertar completamente.

— Me atrapaste, pero bueno, hijo... — Dijo con un tono gracioso al principio.

La mujer de pelo largo y puntas mentosas se sentó sobre la cama de su hijo menor, casi al instante, dió unos golpes suaves a su lado, invitando a su hijo a sentarse.

Muichiro no dudó y fue con ella, se sentó suavemente, ahora que estaba más despierto que antes, podía escuchar lo que estaba a punto de decir su madre.

— Hijo, nos tenemos que mudar de aquí, nos han ofrecido un mejor trabajo y un hogar a tu padre y a mí.

Las palabras salieron sin desesperación, fue más bien, fue como tristeza, Muichiro abrió sus ojos con sopresa, de repente, el sueño se le fue por completo y ahora se podía notar el aura negativa que desprendía su madre y él.

Muichiro ahora pensaba en lo que sucedería después, ¿se iba a ir lejos de aquí? ¿y sus amigos? ¿su escuela? Y más importante que todo: ¿Y Tanjiro? ¿Qué pasaría con ellos?

— Mamá, yo no...& Dijo ya con lágrimas que estaban acumulándose en sus ojos, pero fue interrumpido por la mayor.

— Lo siento, pero ya está decidido.

Dijo su madre, dejando sin palabras al de puntas mentosas, ahora estaba triste, no quería dejar atrás a las personas que quería, sabía que esto iba a pasar de todos modos, sus padres tienen una vida complicada con tantos viajes respecto al trabajo y ahora, que según ellos habían dicho que se quedarían permanentemente en Tokio, donde estaba ya hecha su vida, se iban a mudar de nuevo.

Estaba feliz de estar ahí, había conocido a tantas personas importantes para él, había conocido a su mejor amigo, el ser más amable del mundo entero, ¿y ahora lo iba a dejar como si fuera un objeto?

Sabía que no iban a durar en otro lugar por unas pocas semanas o pocos meses, siempre duraban años en otros lugares, para que al final, ni siquiera vuelven de donde venían, siempre era un rumbo diferente. ¿Podría esta vez cambiar? En definitiva, no.

...

Sus ojos eran tan hermosos, era como ver el sol en ellos, él era amable, sociable, inteligente, guapo... Era todo lo que buscaba en realidad.

No era de buscar desesperadamente una pareja o algo así, en realidad, le resultaba algo incómodo cuando alguien se le confesaba, que solía pasar cada semana, igual con Tanjiro, supone que eso es normal en el de pelos rojizos, pues su sonrisa, enamora a todo aquel que lo vea, y ni imaginar con su amabilidad, en definitiva, te mata.

No podía explicar en que momento comenzó a tener esos sentimientos hacía Tanjiro, pero ya era demasiado tarde para intentar cambiarlos, pues ya eran tan fuertes, que era imposible eliminarlos de su camino.

Y no hizo mucho caso, al final, ¿qué podría pasar?

¿No es cómo que Tanjiro se diera cuenta de los sentimientos hacía el menor por él, o que sea mutuo, verdad?

¿Verdad...?

Continuará...

04/06/23

𝐀𝐥𝐠𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐌𝐚́𝐬. | 𝘛𝘢𝘯𝘔𝘶𝘪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora