I: inesperada visita

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𝟶𝟷


Un paisaje completamente blanco, pulcro e iluminado hecho de hielo y nieve era lo que observaba a través de la ventana. A mis espaldas había un bullicio que perturbaba la tranquilidad que reflejaba el exterior.

Había algo más que perturbaba mi tranquilidad, tenía un presentimiento de que algo grande se avecinaba, al despertar en la mañana estaba bañada en sudor y con la respiración agitada, no recordaba mi sueño y eso me angustiaba aún más, me estaba muriendo por ir al muro y verificar que seguía siendo la barrera entre los dos mundos.

— Aurora, deja de holgazanear y ven a trabajar. — ordenó Laurent en medio de su carrera limpiando el comedor.

Suspiré, no tenía caso que me preocupara, deje de lado la ventana y, Laurent me había suplantado en la cocina, ya que, mi trabajo era limpiar la casa.

Prefería estar en la cocina, pero cuando Nesta Archeron daba una orden, eso es lo que se hará, era la ley y había que seguirla al pie de la letra.

— No holgazaneó. — aclaré agarrando el pequeño pañuelo con el que estaba anteriormente puliendo los cubiertos. — Me distraje dos segundos.

Me miró escéptica.

— ¿Qué te ocurre? Estas rara desde que te despertaste. — me analizo un momento. — ¿Es porque la señorita Nesta nos cambió de actividad hoy?.

— No estoy rara...

Me interrumpió.

— Tranquila, después de probar mi comida, la señorita Nesta pedirá que vuelvas enseguida.

Me reí, me acerqué a uno de los sartenes que botaba vapor y con una cuchara tomé un poco de la comida que lucía bastante bien.

— Está quedando delicioso, Laurent. — dije después de probar una cucharada.

En realidad sabía a comida de humanos, lo cual, no es el mejor manjar después de comer en Prythian. Hace muchos siglos me había empezado a dar igual, después de años de estar del lado sur del muro me había acostumbrado.

— Termine aquí. — solté el pañuelo.

Llevé todos los cubiertos a su lugar, me alejé, debía preparar la mesa que era gigante para las únicas tres personas que comían en ella. Puse los platos, cubiertos y copas, el resto de la comida por toda la mesa, hasta que solo faltaba la carne de presas de caza y el puerro que seguía en el horno.

A lo lejos, desde el exterior del comedor llegó el sonido claro de la campanilla que hicieron sonar, fruncí el ceño.

— ¿Están esperando algún invitado?. — pregunté confundida.

Laurent me miró igual de extrañada.

— Puede ser el prometido de la señorita Elain. — planteó deshaciéndose de su delantal.

Se marchó hacia la entrada para recibir al inesperado invitado. Indeseado también, odiaba a ese idiota, era el peor hombre que había podido conseguir Elain. Cuando me pidió que la acompañara a visitar a su prometido me negué rotundamente. No había escapado de humanos que odiaban a los Fae para quedar atrapada en la fortaleza que su prometido hacía llamar hogar.

Hasta el día de hoy no he estado a más de cinco metros de él y su padre, quien sentía que con su mirada podía succionar mi alma.

La puerta se abrió de golpe y una angustiada Laurent se dejó caer sobre esta misma, su rostro estaba pálido y sus manos temblaban sobre sus muslos, corrí hacia ella.

— ¿Qué te ocurrió?. — la ayude a llegar hasta la silla más cercana.

Tomé un vaso rápidamente para servir agua y dárselo, lo tomó en menos de diez segundos.

MIDNIGHT RAIN | Azriel fanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora