IV: Velaris

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Mi mamá me había advertido acerca de estar cerca del muro. Ella solía decir que podía volver a Prythian cuando quisiera porque era mi derecho al ser mitad Alta Fae, era mi derecho vivir en la Corte Noche por quien era mi padre. Solía hablar durante horas después de llegar a la casa agotada, se deshacía del vestido pomposo y los zapatos de tacón para descansar los dedos en la alfombra felpuda, decía ≪Prythian es mágico, jamás te negaría volver a tu hogar≫

Había pensado en eso toda la noche.

Había llorado toda la noche, pensando en todo lo que ocurrio.

En cómo todo se fue al carajo tan rápido.

Antes de que aparecieran las primeras luces del alba, me escabullí en la cocina para preparar una taza de té, sentada en la encimera, con solo el sonido de la tetera hirviendo me dediqué a pensar en mi decisión. Volvería a Prythian, a la Corte Noche, donde había nacido y, eso me tenía los pelos de punta.

Pensar en el nuevo comienzo, uno diferente a todos los demás porque estaba poniendo todas mis esperanzas en que esta vez iba a funcionar. La nueva amenaza, Cassian me había dicho todo lo que necesitaba saber acerca de eso, había que luchar, sabía de antemano que era inevitable, así pasara quinientos años más huyendo, volvería a acabar en el mismo punto y sin una familia en la cual refugiarme.

Ya estaba cansada de eso, había perdido el tiempo suficiente para darme cuenta que no valía la pena.

Quería estar alegre, celebrar, pero la incertidumbre de que me deparaba en un futuro no me dejaba en paz.

— ¿Te ocurre algo?.

Di un respingón, Elain estaba de pie en la entrada del comedor, con un pijama floreado que llegaba hasta sus pies. Me miraba con temor, analizando mi forma verdadera, mis facciones de alta fae.

— Pensé que no me volverías a hablar. — comenté.

— Fingiste ser otra persona, nos engañaste, aún así, no estoy enojada contigo. — se encogió de hombros. — No nos lastimaste.

— Nunca lo haría. — negué con la cabeza. — Aprecio como ustedes me recibieron en su hogar, a pesar de la actitud de Nesta.

Elain soltó una pequeña risa suave, con más confianza se acercó a mí.

— ¿Te irás con ellos?.

— Supongo que sí. — suspire. — Rhysand me ofreció ir con ellos, en nuevas noticias, él es mi medio hermano.

Elain abrió la boca, la volvió a cerrar y repitió esa acción varías veces, hasta que llevó su mano a sus labios sorprendida.

— ¿En serio? — asentí. — Que pequeño es el mundo.

Me reí, una larga carcajada, dejando un dolor de abdomen satisfactorio.

— ¡Pensé lo mismo!. — moví mis manos en el aire. — ¿Cuántas probabilidades habían de que me encontrara con él, justo aquí, en tu casa?

Elain se encogió de hombros, se acercó a la tetera para servir el té en dos tazas que buscó ella misma.

— Volverás a tu hogar, es lo que importa. — me tendió la taza. — Y ahora tienes a alguien de tu familia contigo.

— No lo conozco en nada.

— Si te soy sincera, él da mucho miedo. — fingió un escalofrío. — Pero me habías dicho lo mucho que extrañabas a tu mamá, tú hogar... ¿o todo eso era mentira?

Me dolió, nunca nadie me había sacado en cara todas las mentiras que decía, cuando una persona se enteraba de mi naturaleza era momento para borrar mi recuerdo, empacar mis cosas e irme, pero no haría eso con Elain, ni con Nesta, ya que, les había tomado cariño y sabía que no dirían nada, quiero decir su hermana llegó como una Alta Fae el día anterior.

MIDNIGHT RAIN | Azriel fanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora