Capítulo 3: Cerca de la felicidad.

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El cabello de Olivia se movía por todos lados mientras recostaba su cabeza en la ventana del auto en movimiento, recibiendo así la cálida brisa que besaba su rostro. Era relajante y tranquilo, volteó su vista hacia Brianna quién a pesar de su serio semblante movía sus dedos sobre el volante al ritmo de la música que era el único sonido en el auto.

El ocaso se hizo presente acompañado de una hermosa vista, había sido un día bastante interesante para Olivia. Compartir risas y tener una plática que tuviese más de cinco palabras con su hermana era algo que tenía mucho tiempo de no vivir, habían visitado un acuario, un parque de diversiones donde comieron tantos dulces que terminaron con Brianna vomitando en una esquina por el exceso.

Las mejillas de la joven de cabello castaño aún dolían un poco luego de haberse burlado de su hermana durante casi todo el camino. Se le hacía reconfortante haber disfrutado tanto ese día, el arrepentimiento matutino que tuvo luego de decir "si" se había esfumado en cuanto llegaron al parque. Le habría encantado pasar tiempo con Evan pero, para ella no había algo más valioso que todas las sonrisas que pudo compartir con su hermana ese día.

Se sentía cálido en su corazón, reparador y algo genuino.

—¿Te has divertido? —La suave voz de Brianna se hizo presente sacando a Olivia de sus pensamientos. La menor la miró asintiendo con una sonrisa—. Que bien, hubiera sido una lástima pensar que tu cita con Evan habría sido más divertida.

Olivia frunció el ceño al darse cuenta que su hermana sabía acerca de su cita.

—¿Cómo es que lo sabías?

—Te escuché pidiéndole disculpas por cancelar su cita a último momento cuando estábamos saliendo del acuario —respondió, con naturalidad y una sonrisa que apenas se asomaba por su rostro.

—Por un momento pensé que él te lo había dicho —comentó con un poco de nerviosismo en sus palabras, no era habitual que ellas tuvieran alguna plática sobre Evan.

—¿Por qué lo haría?

—Pues... ustedes son mejores amigos después de todo —dijo en un tono apenas audible.

No hubo respuesta inmediata por parte de Brianna.

Mejores amigos, era una palabra que desde hacía un tiempo no representaba ningún tipo de vínculo entre ella y Evan. Desde que su hermana y él habían decidido tener una relación amorosa ella había decidido soltar poco a poco esos sentimientos que la atacaban y atormentaba a cada segundo, dejar de un lado todo aquello que alguna vez le hizo pensar que él también sentía amor por ella, quizás de esa manera dejaría de sentirse tan estúpida.

Mordió su labio y apretó el volante antes de contestar.

—No puedo creer que sigas creyendo que somos mejores amigos —dijo entre dientes.

—¿Y por qué no lo serían? Son amigos desde los catorce años  —contestó Olivia.

—No es algo que sea de tu incumbencia, tú preocúpate por tu relación y ya —replicó, seca y tajante.

—No quise molestarte —dijo en voz baja, buscando la mirada de su hermana.

Su voz y su rostro se llenaban de ingenuidad con cada palabra, tanto que Brianna no tuvo el valor de si quiera decirle algo, decirle que ella era la grieta que con el pasar del tiempo se convirtió en un abismo, un abismo que la separó de su más grande anhelo.

𝐄𝐥 𝐏𝐫𝐞𝐜𝐢𝐨 𝐝𝐞𝐥 𝐀𝐦𝐨𝐫 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora