Capítulo 7 "Día 3. Parece No Haber Salida"

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Día 3

Rengoku estaba muy mal herido, había caído desde el primer piso, no esperaba que la madera estuviera floja.

A pesar de ser un pilar, jamás había sido prisionero de un demonio o lo que sea esa cosa que lo está acosando.

Volvió a despertar en la misma habitación, le dolía todo el cuerpo, su rostro estaba lastimado por los golpes, pero era muy obstinado, no se dejaría vencer por cualquier cosa, obtuvo coraje y salió de la habitación.

Antes de que la vieja saliera del sótano, él se dirigió al cuarto que se conectaba con el armario, buscó entre los cajones y se encontró con una llave, la observó bien y por su forma, reconoció lo que abriría.

De repente, escuchó ruidos provenientes del sótano, sabía lo que significaba, y rápidamente corrió hacia la habitación donde encontró el oso de peluche; la caja que parecía un botiquín de primeros auxilios, tenía la misma cerradura que la llave.

Como lo esperó, la caja se abrió y adentro, había una ballesta que lanza dardos tranquilizantes.

- ¡Otra arma, jajaja!

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- ¡Otra arma, jajaja!

Tomó la ballesta, y le colocó un dardo, después se dirigió a las escaleras y subió hasta el segundo cuarto; la vieja lo había escuchado y sin pensarlo dos veces, Rengoku le disparó y la vieja cayó inconsciente al suelo.

Rengoku decidió tomar de nuevo la ballesta, y corrió hasta el ático, apuntó con el arma al botón rojo, y disparó.

Tenía una excelente puntería y el dardo tocó el botón, cerrando la caja donde estaba la supuesta araña.

Llegó hasta el otro lado de la habitación y abrió una vitrina, donde había otra llave, que por el color supo que se trataba de la casita de juegos.

Tomó la llave junto con la ballesta y corrió a toda prisa hasta el patio.

Le quedaba un minuto de ventaja, así que tenía que apresurarse, tomó la llave y abrió la casita, en su interior había una caja que podía abrirse con él mecanismo de dos engranes.

Pero recordó que había uno dentro del cobertizo, lo tomó, se dirigió a la casita y colocó el engrane en la caja, ahora sólo le faltaba uno

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Pero recordó que había uno dentro del cobertizo, lo tomó, se dirigió a la casita y colocó el engrane en la caja, ahora sólo le faltaba uno.

Tomo la ballesta e hizo ruido con la campana para distraer a la vieja, y corrió rápidamente al desagüe.

Se dirigió a ese cuarto y apuntó con el arma desde esa ventanilla, el dardo dio en el blanco, corrió hasta la puerta y ésta se abrió, donde escondía un terrible secreto.

No se podía ver desde la ventanilla, pero había un esqueleto en la esquina.

Rengoku se entristeció, pues supuso que podía tratarse de la mujer que había escrito aquella nota en el sótano

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Rengoku se entristeció, pues supuso que podía tratarse de la mujer que había escrito aquella nota en el sótano.

No había tiempo para pensar, encontró también una sandía y una batería para el auto.

Hablando de la nota, también recordó que la mujer escribió que la vieja escondía cosas dentro de las frutas, y la única cosa que podía cortar la fruta tan rápido, era la guillotina en el patio.

Dejó la ballesta cargada y tomó las dos cosas que encontró, subió las escaleras al donde estaba el cuervo, salió de ahí, tiró la vela para despistarla, y se dirigió al sótano.

Bajó hasta donde estaba el auto, abrió el cofre y colocó la batería.

Salió de ahí y se metió en aquel cuartito donde encontró la nota, recorrió el camino hasta el cobertizo, salió al patio, colocó la sandía en la guillotina, tiró de la palanca, y al cortarla salió una bujía, para el auto.

Desafortunadamente, había hecho mucho ruido, tomó la bujía y se escondió en el cobertizo.

Recorrió el camino y se dirigió al sótano, bajó hasta donde el coche y colocó la bujía.

Salió del sótano pero le esperaba una sorpresa...

Subió las escaleras a la planta baja y al llegar, la vieja lo golpeó severamente en su lado izquierdo con su bate y cayó inconsciente al suelo.



Continuará... 💟



Sayonara 🙋🏻‍♀️

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⏰ Última actualización: Jun 04, 2023 ⏰

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