Capítulo 4 "Día 2. Tratando De Escapar"

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Quién sabe lo que el patrón le haya dicho a Sanemi, porque al terminar la misteriosa plática que ambos tuvieron, él salió con una cara de arrepentimiento y tristeza, de modo que salió corriendo hacia su finca, para que nadie lo viera en ese estado.

- ¿Qué creen que le haya dicho el patrón? 

- Pues, parece que arregló las cosas con Shinazugawa, pero la forma en cómo salió de ahí, creo que no quería que lo viéramos... Llorar. - dijo Shinobu.

- Jajajajaja, ¿Llorar? ¿Sanemi llorando? Jajaja.

- No es gracioso, Tengen, el patrón tiene una forma extraña de platicar las cosas y lo que sea que le dijo, lo conmovió.

- Mmm...

- ¿Hay noticias de Rengoku?

- Nada aún.

- Me pregunto, ¿Cómo ha de estar?

- Es un misterio aún, pero conociendo a alguien como él, no me preocuparía tanto. Él sabrá qué hacer.



Día 2



Después de semejante golpe, Rengoku volvió a despertar.

- ¿Qué pasó?... ¿QUEEEÉ? ¿Cómo llegué aquí?

No se había imaginado que volvería a despertar justo en la misma habitación que la primera vez.

- No puedo permitir que siga así, esa cosa está jugando conmigo, ya llevo dos días aquí, tengo que salir de aquí a como dé lugar.

Lo primero que hizo al despertar, fue salir de la habitación y dirigirse al baño que se encontraba a lado de la habitación.

¡Dios! El baño tenía peor aspecto que el de uno público, tenía moho, estaba sucio, el excusado estaba horrible, y ni hablar del olor, que Rengoku tuvo que taparse la nariz.

- ¡Agh, que asco! ¿Pues desde cuánto no limpian aquí? ¡Jajajaja!

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- ¡Agh, que asco! ¿Pues desde cuánto no limpian aquí? ¡Jajajaja!

No había tiempo para pensar, tenía que encontrar algo que lo ayudara a salir antes de que la vieja lo vea. Aguantó sus náuseas, y revisó, los lavabos, el excusado, la tina, y el pequeño armario que había ahí; no encontró nada, el baño estaba vacío, no había agua, nada.

Cuando salió del baño, escuchó que alguien había salido del sótano, se quedó petrificado por un rato, porque, en definitiva, era la anciana, cuando ella lo vio, corrió tras él, obviamente, él también, se dirigió al segundo cuarto, y se ocultó bajo la cama sin que ella lo viese, y segundos después, entró al cuarto, Rengoku se quedó callado como una tumba, la vieja no lo vio, ni lo oyó, y salió del cuarto, no sin antes dejar caer algo, él no vio lo que ella tiró, pero supuso que era algo grande y de metal; contó hasta cinco y salió de ahí, pero vio que del otro lado había un cuarto que parecía ser el armario, porque había un gancho ahí, revisó el lugar y le prestó atención a unas ralladuras en la pared.

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