Gracias al medicamento especial que Pain conseguía en el mercado negro, en menos de una semana los alfas lograron regresar a su estado normal.
Fueron liberados de sus pequeñas jaulas, para posteriormente ducharse y proporcionarles nuevos uniformes.
Una pesada rutina que se repetía por lo menos una vez al mes.
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Kakuzu subió las escaleras sintiendo que su cabeza iba a explotar, era un dolor constante y molesto. Pero aún así decidió ignorarlo ya que tenía demasiados pendientes.
Llegó a su habitación, azotó la puerta de mala gana, y justo cuando puso un pie dentro, un aroma familiar inundó sus fosas nasales.
"Ese maldito imbécil" pensó el avaro para rápidamente esquivar a su compañero que llevaba rato pegado en el techo.
Hidan descendió con la esperanza de caer sobre el moreno, pero en vez de eso, su cara pegó directo contra el suelo.
Kakuzu que ya sabía el escándalo que iba a armar el fanático, se llevó ambas manos a las orejas esperando el mar de quejas.
-¡AHHHHHHH, CREO QUE ME ROMPÍ LA NARIZ!- gritó con fuerza el jashinista notando como corría por su boca un hilo de sangre.
El mayor rodó los ojos, sabiendo que su día estaba por de más arruinado, y ahora debía de atender la herida de aquel joven llorón.
Con poco delicadeza, Kakuzu tomó a Hidan por el cuello de su capa y lo llevó directo a la cama. Ahí el avaro le ayudó con su fractura para después darle algo de papel.
Por algunos minutos el jashinista se quedó sentado en el borde del colchón sin decir una sola palabra, pero eso cambió cuando vio cómo su compañero sacaba de entre sus cosas un frasco con píldoras moradas.
-Esas porquerías se ven peligrosas- señaló Hidan.
-He vivido por más de 9 décadas, mi sistema con los años se ha hecho inmune a los supresores, si bien Pain nos consigue los mejores tratamientos, yo soy el único que debe tomar experimentales- dijo Kakuzu ingiriendo su dosis.
El menor se retiró el pañuelo, contento de que ya no sentía algún tipo de molestia, pero el castaño no podía decir lo mismo pues la fragancia de su pareja se había impregnado hasta en los muebles.
-Que peste, hasta se me quito el apetito-
Y claro que Hidan de inmediato captó el mensaje.
-¡JÓDETE PAGANO HIJO DE PERRA!, ¡YO NO HUELO MAL!- dijo el creyente mientras le levantaba el dedo medio.
-Lo dices porque no puedes olerte, no tienes idea de la tortura que es trabajar junto a ti y soportar tus feromonas-
-¡PUES ALGO DEBE DE ESTAR MUY MAL CON ESE CUERPO DE TRAPO QUE TIENES, PORQUE PARA OTROS ALFAS MI ESENCIA ES MUY CODICIADA!- respondió Hidan con un ligero rubor.
Kakuzu soltó una risita burlona sin poder creer lo que escuchaba.
"En primer lugar, este mocoso ni siquiera parece un omega" pensó el moreno examinándolo de pies a cabeza.
Y de hecho era cierto, aquella casta inferior era conocida por crear seres bajos, débiles y con poca presencia. Pero Hidan iba en contra de toda su naturaleza, era atrevido, fuerte, ambicioso, sin mencionar que su carácter podría espantar hasta una aldea completa.
El avaro sonrió, recordando cómo en un principio no pudo notar que su nuevo compañero era omega, lo descubrió de la peor forma, mientras estaban en una aguas termales y de la nada Hidan entró en celo.
Kakuzu agitó su cabeza tratando de revivir ese trauma.
-Como sea, será mejor que salgas de aquí, antes de que nuestros líderes se den cuenta-
El jashinista puso los ojos en blanco, sin tener la mínima intención de irse.
-Esa regla es tan ridícula, nosotros viajamos por meses juntos, dormimos juntos, comemos juntos, ¿pero si pasó la noche en tu recámara es un pecado?, que idiotas-
-No es igual, por lo menos saben que en un espacio libre, puedes ser capaz de pelear y defenderte-
-Ay por favor, no te tengo miedo, de hecho, no le temo a ningún alfa pervertido- dijo Hidan esbozando una sonrisa escalofriante que despertó la curiosidad del más alto.
-¿A qué te refieres con eso?-
-Cuando escapé de mi aldea, tuve que enfrentarme a muchos perros abusivos, en una ocasión uno de ellos utilizó su Rut para debilitarme y así poder morderme el cuello- confesó el menor.
Hubo un momento de silencio hasta que el religioso soltó unas extrañas carcajadas.
-¡Pero lo que el muy imbécil no sabía es que gracias al don que me otorgó Jashin-sama, su marca desapareció en segundos, se sorprendió tanto que no pudo defenderse cuando atravesé con mi arma su patética garganta!-
Kakuzu tenía los ojos muy abiertos, jamás se había planteado los beneficios de aquella inmortalidad.
-Así que no importa cuántos degenerados intenten atacarme, jamás conseguirán hacerme suyo- concluyó Hidan con mucho orgullo.
Con calma, el alfa se giró para colocarse su máscara y el gorro.
"Un omega que jamás tendrá dueño, vaya, si ese Dios de verdad existe, se nota que tiene sus favoritos" pensó Kakuzu, llegando a la conclusión de que su compañero era único.
Y antes de que pudiera hacer algún otro movimiento, el avaro fue atrapado por un fuerte abrazo.
-Dime anciano, ¿todavía te parezco desagradable?-
El omega frotó su rostro en la espalda del mayor, esperando una respuesta satisfactoria.
Kakuzu frunció el ceño, agradecido de que su nariz ya no estaba expuesta.
-Todo lo que venga de ti, es despreciable- contestó el alfa apretando los puños, sintiendo como el calor se expandía a sus extremidades, dejando a la vista sus mejillas, que ya estaban teñidas con un ligero tono rosa.
-Me parece que estas mintiendo, porque de otro modo ya me hubieras apartado, dime, ¿te pone duro sentir como te toco?- las manos traviesas del creyente se movieron a la zona baja del moreno.
Fue en ese instante que el mayor recuperó sus sentidos, dando paso a una gran ira y deseos asesinos.
-¡QUITAME LAS MANOS DE ENCIMA, MOCOSO SIN CEREBRO!- de una patada, el menor salió volando, rompiendo en su camino la pared.
Aquí les traigo el capitulo nwn ✨️ ❤️ ✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️ espero les guste.
¿A que creen que huelen los inmortales? A ver si le atinan ✨️❤️
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Kakuhidan "Omegaverse"
FanficEsta historia es BL (yaoi) si no es de tu agrado por favor evita los malos comentarios.