Emoción

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Los inmortales caminaban hacia su destino, ambos parecían estar bastante tranquilos, sobre todo porque habían ingerido las dosis necesarias para que no salieran a la luz sus bajos instintos. 

Pero justo cuando estaban por salir del camino una presencia puso alerta al moreno que no dudó en estirar su brazo para sujetarlo. 

Hidan se apartó rápidamente notando que su pareja tenía agarrada un ave, que a simple vista parecía ser solo un animal más, pero en el pecho portaba un extraño símbolo que hizo que el moreno comenzará a correr, jalando al jashinista en el proceso. 

-¿¡Qué es lo que te pasa anciano!?- gritó el menor tratando de mantener el equilibrio pues Kakuzu era en verdad rápido. 

-¡Acabamos de entrar a un terreno bastante peligroso si no salimos de aquí rápido vamos a caer en una emboscada!- contestó el moreno notando que cerca había un río, lo que indicaba que cerca debía de haber alguna aldea donde pudieran perder a sus enemigos. 

Y al estar a escasos pasos de su destino, un grupo de ninjas salió de diferentes partes dejando al dúo zombie sin salida, pues se trata de un ejército de más de 50 hombres. 

-Vaya, vaya, vaya, miren lo que tenemos aquí, chicos de Akatsuki- dijo uno de los presentes. 

-Y no solo eso jefe, uno de ellos es un omega- comentó el ninja haciendo que el religioso frunciera el ceño por ser descubierto tan pronto, ¿acaso su medicina falló o aquel sujeto era algún especie de perro?. 

-¿De verdad?, parece que es mi día de suerte, me llevaré a casa un lindo trofeo- comentó aquel alfa mientras se relamía los labios, haciendo que ambos inmortales sintieran asco. 

Kakuzu, que ya estaba harto de tantas estupideces se quitó la capa dejando a la vista sus muy espectaculares máscaras. 

-No dejaré que le pongas una mano encima a mi compañero- dijo el moreno llamando la atención de Hidan pues en serio parecía estar furioso, cosa que ruborizo un poco al creyente pues en el fondo le gustaba ese lado sobreprotector. 

Los ninjas se pusieron en modo de ataque, alertando al religioso, que tuvo que agitar su cabeza para poder concentrarse en la pelea. 

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Aunque el resultado era bastante obvio, el moreno se aseguró de arrancarle la cabeza a cada una de sus víctimas como símbolo de su ira. 

Cosa que de alguna forma emocionó a Hidan y espantó al líder que no podía creer como esos dos fenómenos habían terminado con casi todos sus hombres. 

Desesperado por salir con vida, decidió lanzar una bomba llena de veneno con la intención de detener por unos segundos al avaro y huir con algunos camaradas. 

Aunque eso aturdió a Kakuzu, no bastó para que dejara de seguirlos. 

-¡Están acabados!- gritó el castaño pero lo que no se esperaba es que de nuevo le lanzarán otra bomba solo que esta era diferente, el humo que salía era verde y tenía una fragancia amarga. 

-¡Espero que se maten entre sí!- grito el alfa antes de escapar. 

El mayor se quedó quieto unos segundos sintiendo que todo le daba vueltas, sus manos temblaban y el calor se apoderaba de todo su ser. 

“Esto no es posible, acaso ellos” pensó Kakuzu empezando a sentir pánico. 

Hidan que estaba a unos metros se acercó para ver si su pareja estaba bien, pero fue alejado de forma brusca por Kakuzu, que ya se encontraba en el suelo con la mano derecha sobre su pecho. 

Kakuhidan "Omegaverse" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora