Kakuhidan "Omegaverse"

Decepción

El jashinista se lavaba con cuidado cada parte que había sido tocada por el moreno. Y solo para asegurarse de que nadie se diera cuanta del aroma del moreno decidió tomar algunas hierbas para hacer un especie de aceite y usarlo como jabón.

Una vez que quedo limpio se vistió para ir con el moreno qué parecía haber regresado en sí.

Hidan soltó un gran suspiro al verlo ahí tirado en el suelo, pues sabía que de todos los alfas su celo era el más problemático.

-Déjame ayudarte- dijo el religioso agarrando el brazo de Kakuzu, pero de inmediato fue alejado por el mayor.

-Quítame las manos de encima, maldito imbécil- ordenó el avaro asustando un poco al menor que no se esperaba que estuviera tan molesto.

Poco a poco el alfa se puso de pie, temblando debido a su instinto qué hace poco fue provocado.

-Volvamos a la base- dijo Kakuzu haciendo que su compañero comenzará a seguirlo pero manteniendo su distancia.

En el camino el mayor se tambaleaba y también jadeaba, era claro que los supresores de Hidan no eran lo suficientemente fuertes como para contenerlo.

Pero afortunadamente para los inmortales lograron llegar antes de que todo se fuera a salir de control.

En cuanto el moreno puso un pie en la cueva salió corriendo hacía el sótano donde estaban las jaulas y sin dudarlo se encerró.

El creyente reportó a sus superiores el estado de Kakuzu y estos asintieron para hacerce cargo del caso, pero al momento que Pain paso al lado de Hidan un olor llamó su atención.

Con agilidad el portador del rinnegan sujeto el brazo del religioso para acercarlo a su nariz.

-¿¡Qué demonios estás haciendo!?- preguntó Hidan apenado ya que los labios del mayor chocaban contra su piel.

Pain alzó la cabeza mostrando una mirada llena de odio.

-Explícame esto, ¿por qué tienes la esencia de Kakuzu encima de tu cuerpo?-

El jashinista quedó en shock por ser descubierto, habría jurado que nadie se daría cuenta ya que se había bañado con cuidado.

-Contéstame, ¿acaso Kakuzu te atacó?-

-No, no fue un ataque como tal, el no me hizo daño- contestó Hidan nervioso ya que era casi imposible mentirle a su líder.

Al escuchar eso el mayor liberó el brazo del menor.

Konan que conocía a su amigo decidió intervenir.

-Pain controlate, hay cosas que se salen de nuestras manos, estoy segura que Kakuzu jamás lastimaría de esa forma a Hidan- señaló la flor de la esperanza.

-Aun así, si Kakuzu sabía que se acercaba su celo debió cargar consigo su medicamentos, esa falta de responsabilidad no es aceptable- el portador del rinnegan se abrió paso entre sus compañeros dispuesto a darle un buen castigo, pero entonces sintió como alguien lo jalaba de su capa, era Hidan.

-Estas equivocado idiota, unos malditos paganos nos atacaron con extrañas bombas qué hicieron que el anciano entrará en ese estado tan salvaje- defendió el menor a su pareja.

-He escuchado de eso, parece que son aceleradores, drogas que hacen que el celo llegue antes- contestó Konan poniendose de lado del creyente.

Tras escuchar eso a Pain no le quedó de otra más que ceder, solo por esa ocasión lo dejaría pasar, sobre todo porque nunca había visto al religioso tan preocupado.

-De acuerdo, en ese caso ve a descansar Hidan, nosotros nos haremos cargo de todo- dijo el portador del rinnegan.

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Ya en su habitación el jashinista decidió darse otro baño con tal de evitar más malentendidos. Una vez que salió del baño se puso ropa cómoda y se tumbó sobre la cama para dormir unas cuantas horas.

La noche llegó y con ella también aparecieron los otros miembros de Akatsuki, que en serio se veían cansados.

Deidara dejó atrás a Sasori y Tobi ya que tenía en la mano un paquete de brochetas de carne qué quería compartir con su amigo religioso.

De golpe el artista abrió la puerta del dúo zombie para toparse con Hidan qué estaba roncando de lo lindo.

Sin perder el tiempo Deidara se lanzó sobre este haciendo que se sofocara.

-¿¡CUAL ES TU MALDITO PROBLEMA, ESTÚPIDA RUBIA MAL TEÑIDA!?- ante esos gritos el artista se tapó los oídos esperando a que pasara el berrinche por parte del mayor.

-Deja de ser tan llorón, que te traje la cena, hm- dijo Deidara estirando la carne.

Los ojos de Hidan brillaron al ver la comida que con mucho gusto acepto.

El menor sonrió al ver el estado de su amigo, tomó asiento en el colchón con la intención de dar el primer mordisco pero entonces unas feromonas en el aire lo dejaron quieto.

Deidara comenzó a olfatear en busca de ese olor hasta que miró a su amigo.

Con rapidez se acercó al jashinista, acercando su cara a la parte trasera del cuello del creyente.

Hidan al sentir la calidez del rubio se ruborizó al instante.

-¿¡Y AHORA QUE CARAJOS TE PASA!?- dijo el omega tratando de quitarse a su amigo de encima.

-Apestas a alfa, hm-

El color en el rostro del religioso se intensificó al ser descubierto por su mejor amigo.

Deidara al ver aquella expresión en su amigo dedujo al instante de quien se trataba.

-Oh por Dios, no me digas que tu y Kakuzu...- pero aquella oración quedó a medias ya que Hidan le había tapado la boca con ambas manos.

-¡NO FUE ASÍ, NO ES NADA DE ESO!-

El menor se apartó para poder encararlo.

-¡No me mientas, todo tu cuerpo te delata, hm!-

-¡De acuerdo, si nos tocamos, pero solo fue porque ese vejete entró en celo!-

Hubo un momento de silencio en donde Deidara abrazó al jashinista a modo de consuelo.

-¿Te encuentras bien?, se que debió ser muy duro, hm-

Hidan sonrió ante eso, a veces olvidaba lo reconfortante que podía ser ese mocoso tan engreído.

-Estoy bien, a decir verdad fue bastante divertido-

El rubio se alejó mostrando una expresión bastante incrédula, ¿de verdad ese era Hidan, el loco que despreciaba con toda su ser a los alfas?.

-Si que eres un masoquista, hm- demostrando una clara decepción.

Actualización de noche nwn ❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️ espero les guste.