En lo más recóndito de la base, cierto moreno reposaba enjaulado.
Los medicamentos de Hidan habían hecho un buen trabajo en su sistema, pero no lo suficientemente como para aplacar su instinto, por lo que decidió quedarse encerrarse hasta que le dieran una solución.
De pronto la puerta del sótano se abrió dejando ver a Kisame y Sasori.
-¿Seguro que esto funcionará?- preguntó el tiburón desconfiado por la botella que cargaba el pelirrojo.
-Tranquilo, es bastante seguro- contestó el marionetista para colocarse frente al tesorero.
De golpe, el artista abrió aquella prisión para lanzar un líquido rojo al mayor, empapando todo su cuerpo.
Kakuzu estaba por gritarle a su compañero cuando de repente noto como aquel deseo primitivo se fue calmando, hasta regresarlo a la normalidad.
-¿Cómo hiciste eso?- preguntó el alfa impresionado con los resultados.
-Fácil, de tu capa logre recuperar la esencia de aquel afrodisíaco que te lanzaron y a partir de ahí fabrique un antídoto, que debo decirlo, estaba bien elaborado ya que me llevó unas dos horas en terminarlo- admitió Sasori para tomar asiento en el suelo, seguido por el espadachín de piel azul.
-¿Crees que esto fue obra del estúpido cazador?-
Pero de inmediato el pelirrojo negó con la cabeza.
-No, según mis fuentes ese animal trabaja solo, además no generaría algo que pudiera poner en riesgo a los omegas, por alguna extraña razón son como su máxima adoración-
-Oh, también he escuchado de él, hay rumores de que no solo le gusta matar a los alfas, sino que también los vende a peleas clandestinas- aportó Kisame.
-No tienen la menor idea de lo valioso que es ese infeliz, su cabeza es la más codiciada en el libro bingo, cientos de personas pagarían una gran fortuna con sólo capturarlo- dijo Kakuzu sacándole una risita al marionetista.
-¿Estás pensando en ir tras él?- el tono burlón por parte del alfa de baja estatura sacudió los nervios del avaro, pues no se esperaba ser menospreciado.
Él espadachín al ver el cambio de ambiente se puso a la defensiva, pues parecía que en cualquier momento el tesorero atacaría.
-¿Piensas que no puedo contra ese mocoso?- preguntó Kakuzu mientras lanzaba una mirada feroz, tanto así, que por un instante sus ojos reflejaron aquel tono amarillo.
-Solo digo, que ese tipo no es cualquier rival, algunos de mis hombres me contaron que sus feromonas son tan fuertes que al aspirar un poco varios ninjas quedaron ciegos y otros enfermaron por semanas, si de verdad quieres su cabeza, debes de ser un poco más astuto-
El mayor alzó una ceja, intrigado por la mentalidad de aquel alfa con aspecto angelical.
-¿Tienes un plan?-
-Debemos conseguir alguna prenda que tenga su olor, y a partir de ahí te fabricaré un repelente, para que de ese modo sus ataques no tengan efecto en ti, solo así tendrás la ventaja en el campo de batalla-
-Y supongo que quieres algo a cambio, pues jamás te has ofrecido a ayudarme solo porque sí- señaló el tesorero haciendo reír a Kisame, pues tenía un excelente punto, nadie en Akatsuki hacía trabajos de caridad o por su buen corazón.
-Cuando cobres tu preciado dinero, quiero que recuperes el cuerpo del cazador, para poder agregarlo a mi colección, una pieza tan invaluable como él sería perfecta para un artista como yo-
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Kakuhidan "Omegaverse"
FanfictionEsta historia es BL (yaoi) si no es de tu agrado por favor evita los malos comentarios.