RAQUEL
Ya había pasado más o menos una hora, y los gritos de ese mocoso estaban apunto de volarme la cabeza, literalmente.
Me encontraba en las escaleras, sentada, jugando con unas pequeñas piedras, por la falta de limpieza.
Xochitl llegó repentinamente y me hizo levantar:—Raquel, hay un niño nuevo, este viene buscando a un tal Nando—me dice mientras intenta recordar todo.
—hay que ayudarlo, antes de que le pase lo mismo que a el otro—sugiero mientras ambas desaparesemos.
Nuevamente aparecimos, pero está vez delante de aquel niño.
—chiton—pidio Xochitl con un ademán.
Oh, pero pareciera como si le hubiera dicho que gritará.
El niño casi se echa a correr, pero yo lo tome rápidamente de el brazo para que no lo hiciera.
—¡Chiton!—repito yo con el mismo ademán.
El niño volvió a gritar, por lo que Xochitl tuvo que taparle la boca.
—¿Tu eres Leo verdad?—pregunta la pelinegra.
—mmhmm—respondio el niño al tener la mano de Xochitl encima.
—ya lo imaginaba—contesto ella.
—Tu hermano se la pasa griando y reclamando que un tal Chisguete lo abandonó—comento yo con pesadez en mis palabras.
—¿D-de casualidad…no se llaman Raquel y Xochitl?—pregunta el niño y yo alzó una ceja con interés.
—esa meríta soy yo. Pa servir a Dios y a uste—afirma la morena con gusto.
El niño volvió a gritar, como si se hubiera encontrado a la Mismisa Nahuala.
—chiton—lo callo Xochitl.
—¿Y como es que sabes eso?—le pregunto yo curiosa. Claro, luego de que le bajara dos rayitas a su estres.
—es una larga historia—rasca su cabeza.
—¡Leo!—alcanzamos a escuchar.
—no nos queda mucho tiempo—digo con preocupación.
—a la media noche La Nahuala terminará su rito y tenemos que detenerla—afirma Xochitl igual de preocupada.
—yo solo vine a encontrar a mi hermano—alza la voz Leo mientras se apunta—nadie me dijo que tenía que ver a La Nahuala—baja la voz con temor mientras niega.
—si no hacemos algo, no va a quedar gente ni para jugar al Valero—afirmo mientras frunzo en ceño—¡Tienes que confiar en nosotras!—pido.
El pareció pensarlo un poco pero luego nos miro a ambas a los ojos decidido—confio en ustedes—nos extiende la mano.
Ambas la tomamos y sonreímos.
—ah, chirrión, tienes las manos re frías—se queja Xochitl y rio.
—¡Mira quién habla!—se burla Leo.
—¡No perdamos más tiempo!¡Amonos!—digo mientras jalo a ambos para que corran.
Al subir las escaleras, por el pasillo donde está la cocina, ni Xochitl ni yo nos dimos cuenta de que Leo se había quedado atrás.
Hasta que escuchamos:—Nando—ambas nos giramos y nos encontramos con Leo entrando a la cocina.
—¿Nando estás aquí?—todos entramos mirando alrededor.
Unos minutos después alcanzamos a escuchar otro grito.
—¡Leo!,¡Ayúdame!,¡Leo!
¡Pero si es Gaznate!
—que gritos pegas—dice leo riendo.
—se llama Gaznate, repite todo lo que escucha—comenta Xochitl.
—¿Has escuchado a mi hermano?—pregunta el niño con ternura.
Más pego santo grito al cielo cuando el perico se giró.
Extrañamente, me abrazo como si hubiera sido el susto de su vida.
—¿Que?¿Nunca habías visto un cotorrito?—le pregunto extrañada.
Más no tuvo tiempo ni de responder, pues se escuchó como la puerta se cerraba.
—¿Mm?¿Mm?—emite Xochitl extrañada.
—¡Cuidado Leo!—dijimos ambas al mismo tiempo.
Todos los cuchillos de la cocina salieron disparados en dirección al chamaco.
Por suerte Xochitl era un poco buena dando instrucciones de a dónde ir., Y por pura suerte Leo no se convirtió en fantasma.
Oh pero si no fuera suficiente, un para de hachas salieron volando.
Suerte que lo único que cortaron fue el cabello del Moreno.
Y la cereza del pastel fue que el mole se les había pasado de chile, pues empezó a salir de las oyas casi casi como lava.
Los tres alcanzamos a meternos en un cazo para no achicharrarnos.
Lo malo, es que probablemente nos estábamos cocinando vivos.
Aunque al final Gaznate nos ayudó para alcanzar a salir.
Aunque…
Muriera.
Oh sorpresa cuando Xochitl y yo nos dimos cuenta de que Leo no estaba con nosotras.
—¿Fue como para morirse de risa no?—se rio Xochitl.
—¡Leo sigue adentro!—alarmo mientras me voy por algo para que baje Leo.
Cuando llegue con la mesa con rueditas
Xochitl ya estaba jalando a Leo para que saliera de ahí, me subí a la mesa y cuánto pude me impulse hacia ellos.
Justo en el momento indicado ambos calleron a la mesa, impulsandonos hacia atrás.
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EL INICIO DE UNA AVENTURA ( Libro I Las Leyendas )[ ✓ ]
Fiksi PenggemarRaquel es un Fantasma que hace mucho tiempo había muerto en La Casona De La Nahuala. Había pasado casi dos siglos encerrada en aquel lugar en el que los vivos no se atrevían ni a mirar. Lo que no se imaginaria, es que un chico bastante Valiente se a...