Quizás ese abrazo se había convertido en la caricia más nostálgico que Katherine haya dado y él haya recibido. Era extraño como un desconocido se sentía necesitado tanto para Kath.
La castaña lo apretaba como si el mundo se fuera a volver a acabar y ella terminaría sola nuevamente. Se permitió llorar abiertamente por la calidez que le daba aquel calor corporal del cuerpo. Él no la conocía y tampoco era de esos que le gustaban los abrazos, pero con ella hizo la excepción. Acarició la cabellera femenina y le susurró las palabras de que todo estaba bien.
- Pingüino invernal a ardilla come nueces, ardilla come nueces ¿Me recibes? Responde – Hablaron entre crujidos al Walkie Talkie del chico que se encontraba en el cinturón.
La muchacha levantó la cabeza y lo miró. No podía verle el rostro pero si los ojos. Conectaron al instante las miradas con tal profundidad que tuvieron que volver a hablar por el aparato para que él saliera del trance y lo contestara.
- Aquí Tae ¡Ya deja de llamarme así, Huening Kai! – Habló presionando el botón del Walkie Talkie.
Dejó de presionar el botón y espero solo unos segundos antes de que volviera la voz con crujidos.
- Quedamos en que nos llamaríamos por animales, cambio – Se escuchó como un lloriqueo.
El chico volvió a presionar un botón.
- No, nosotros quedamos en que nos llamaríamos por nuestros nombres. Que tu hayas entendido lo que se te dio la gana son otros cinco pesos – Riñó – Cambio.
- Sí, bueno… – Se escuchó un suspiró cansado – ¿Traes los suministros? Cambio.
- Sí, pero a que no te creerás lo que acabo de encontrar – Miró a la chica que tenía los ojos llorosos e inquisitivos en cada acción del masculino. Dejó de apretar el botón.
- La verdad es que no, cambio.
- He encontrado un gran problema y a la vez una gran solución…
La castaña miró a la persona que había debajo de toda aquella vestimenta. Una inexplicable emoción al saber que estaba hablando con alguien más recorrió su cuerpo, el corazón acelerándose a la vez. Salió de encima de él y se sentó en el pasto, sin apartar la mirada del desconocido.
- No te entiendo, ardilla come nueces, cambio.
- Necesito que triangules mi posición, se la mandes al más cercano que debe ser Yeonjun y venga. Necesito ayuda. No creo que alguien me crea si no ve esto con sus propios ojos. Cambio.
- Okey, haré lo que me pides. Cambio.
- Gracias, estaré esperando. Cambio y fuera.
Volvió a colocar el aparato en su cinturón y alzó la mirada para encontrársela a ella.
- ¿Hay más personas? – Preguntó con la voz rota.
Él asintió. Katherine conmocionada pero a la vez esperanzada se tapó la boca para seguir llorando. Simplemente era increíble.
- Seguramente tienes muchas preguntas ¿Verdad?
- Uh-hum – Contestó limpiando las lágrimas con el dorso de sus manos.
- Pues yo también las tengo, Katherine.
Kath había perdido la noción del tiempo desde cuando no había escuchado a alguien llamarla por su nombre. La hizo sonreír al recordar a su padre.
- ¿Cuál es tu nombre? ¿Eres una persona o algo creado por mi imaginación? – Inquirió aspirando su nariz.
- Por supuesto que soy una persona. Mi nombre es Kang Taehyun y el tuyo es Katherine ¿verdad?
- Sí.
- ¿Cómo llegaste aquí, Kath?
- En un barco, llevo años recorriendo los mares en busca de respuestas para entender que fue lo que ocurrió. Qué fue lo que paso para que solo quedemos tú y yo en el mundo.
- Pues si vienes a por esas respuestas estas en el lugar indicado. De hecho, no solo quedamos tú y yo, hay más.
- ¡¿Más?! Pero… ¿Cómo?
Tae abrió la boca para contestar pero la voz de alguien más lo interrumpió.
- ¿Qué demonios?
Otra persona con la misma ropa que Tae corrió hasta estar frente de ellos.
- ¿Es una chica real? – Inquirió estupefacto.
- Sí lo es, Yeonjun – Respondió Tae.
Él tal Yeonjun se sacó los guantes negros y los guardo en su cinturón. La chica vio manos humanas y casi salta de la emoción. Yeonjun se acercó a paso de hormiga hasta Kath, luego se agachó hasta quedar frente de ella, estiró el brazo y le agarró delicadamente una mejilla.
- Esta respirando el asfixiante… – Dejo la frase al aire como si fuera la locura más grande del mundo – Joder, el director tiene que ver esto.
Comenzó a mover el rostro de la chica de un lado a otro, detallando bien sus facciones normales.
- Totalmente de acuerdo, hyung – Respondió Tae.
- No lo puedo creer…– Siguió observando cada detalle de ese rostro, desde los lunares hasta el color marrón de los ojos.
Katherine, por otro lado, miraba aturdida a esos ojos curiosos. Principalmente cuando los dedos contornearon sus labios gentilmente.
- Oye, Yeonjun, la estas asustando – Reprendió el otro chico.
- L-lo siento…– Se disculpó el segundo con ella antes de alejarse y ponerse de pie.
Asintió a la disculpa con los cachetes femeninos portadores de un tono rojizo.
- Lo más extraño es que es… una chica normal.
- Yo casi le disparo en cuanto la vi. Pensé que era un ser maligno o algo, no sé, tal vez creí que era un monstruo.
- ¿En serio? ¿Un monstruo? – Lo miró raro – No se parece en nada a esas cosas, además, los monstruos no existen.
Tae alzó los hombros.
Aunque no entendió nada lo que ellos hablaban supo que ellos eran las respuestas de todo lo que buscaba.
- Se tiene que venir con nosotros – Demandó Yeonjun.
- Lo sé – Contestó Tae.
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Shooting Star //Choi Beomgyu [FINALIZADA]
Fiksi PenggemarSiempre se creyó que iba a ser el ser humano quien destruiría el mundo. La contaminación. El cambio climático. El debilitamiento a la capa de ozono. Todo por causas antrópicas. Pero no fue así... ¿Cómo es posible que lo más hermoso que se ha visto...