RELATOS....sexuales. (+18)

CASI ALGO..

FRANCISCO (22 años)
VANINA (33 años)

Desde que lo vi, volví a sentir todo..

Era la magia que necesita de vuelta, la chispa que creí nunca más encontrar, el fuego que se me había consumido, era tanto y a la vez nada.

Era una fuerte y explosiva atracción sexual, simplemente eso.

Después de estar envuelta en una relación toxica y agotadora, que se llevo gran parte de mi, volver a sentir todas esas sensaciones de vuelta, me despertaron de mi retardo.

Sabia de antemano que no era amor y que estaba prohibido sentirlo.

Estaba en una etapa de volver a encontrarme, que el universo me ayudara a sanar y retomar mi camino, volver a  quererme y valorarme.

Primero yo...luego el resto, pese a quien le pese.

La primera vez que lo vi pasar por adelante mio, mis neuronas colapsaron, mi piel se erizo sin ser tocada y mi centro proclamo por obtenerlo una sola vez, con eso me conformaba, no quería nada más que un encuentro sexual.

Quería probarlo y saber que se siente el rose de sus dedos en mi espalda desnuda, fantasíaba todos los días con sus manos tirandome del pelo, ahorcandome, me masturbaba imaginando que son sus dedos dentro de mi llegando hasta lo más profundo de mi anatomía.

Me imaginaba los actos más sucios y excitantes que dos personas adultas pueden obtener en un encuentro intimo.

Me imaginaba tocar el cielo y arder en el infierno.

Un dia con todo el coraje del mundo me arme de valor y comencé mi acoso.

Primero supe su nombre, seguí por su instagram, reaccionaba a todas sus historias y culmine con mi más arriesgado movimiento.

Con poca ropa, pose provocativa y frase motivadora, fui subiendo todos los días fotos hot.

Sin estar muy expuesta pero si calientes solamente para que el me notara.

Y a si comenzó los juegos del hambre.

Yo subia algo..el reaccionaba pero ninguno daba el siguiente paso, ninguno de los dos eramos capaz de arriesgar hasta el punto de comenzar la  comunicación.
Parecíamos dos adolescentes inocentes, esos que se calentaban mirando una teta, un culo o un hombre sin remera.

Este juego lo único que lograba era que mi interés aumentara y no pensaba retirarme hasta obtener mi objetivo.

Tenerlo en mi cama..

Doble la apuesta, comencé a reaccionar a cada tontería que subia sin dejar de publicar cada foto caliente que me tomaba.

Hasta que un dia sucedió el milagro, un dia el bichito cayo en la telaraña que fui tejiendo dia tras dia.

Punto dos...logrado.

Todo mi infierno comenzó con un simple hola..

Mi corazón se descontroló y la emoción me tomo por sorpresa.

Le eche la culpa al hecho de mi falta de liberacion sexual y no a otra cosa.

Una, dos, tres semanas hubo intercambio de mensajes, del chat de instagram pasamos al WhatsApp.

Intercambio de preguntas y respuestas cotidianas, llegando a mensajes hot y por ultimo intercambio de fotos subidas de tono.

A pesar de la diferencia de edad, los dos sabíamos hacia donde íbamos, teníamos en claro que este juego no era inocente y que el final era inevitable.