Eran las 10:00 de la noche, después de comer y bañarse ya se había puesto la tarea de pasar las siguientes dos o tres horas en frente de su computador para seguir pasando las batallas del valorant en paz. Si igual, sus noches se estaban volviendo rutina desde que su novio, Bakugo, lo habían llamado de urgencia para que preste su presencia en un espionaje de última hora.
Ya habían pasado dos días, se pasaban rápido, pero igual lo extrañaba.
—Puff— Suspiro mientras daba un giro en su silla.
Miro el reloj despreocupado, marcaban las 11:00 justo, había pasado ya una hora entera desde que se sentó en aquella silla. Para su suerte, al menos no le hacía doler la espalda.
De repente, su celular empezó a sonar anunciando una llamada. Con pereza en su cuerpo se dispuso levantarse y ver quien decidió interrumpir su noche de "fiesta", cuando se aproximó a su mesita de luz y pudo ver quien llamaba, los colores se le subieron a la cara.
Era su novio y futuro esposo, Bakugo.
Inconscientemente sonrió y tomó su celular para contestar, mientras la línea se conectaba, él se dispuso a acostarse en la gran cama que compartía con su rubio.
"Hola mi sol de ocaso, ¿Como estás?" Tan lindo y atento con él, lo extrañaba tanto.
"Muy bien, solo extrañandote" Respondió sincero haciendo una mueca de tristeza con su labio inferior.
"Lo sé mi príncipe, pero aún no quieren soltarme por nada" Respondió mientras caminaba por algún lugar que Kirishima estaría desconociendo por completo.
"Hmm"
Pasaron unos minutos más mientras seguía preguntando sobre cómo estuvo su día, si comió o que era lo que estaba haciendo ahora. Sin darse cuenta (o tal vez si) empezó a jugar, de aquella manera que le gustaba tanto, provocar a su novio sin que el contrario pudiera tocarlo como quisiese.
Una noche de videollamada en ropa interior era lo que estaría necesitando, además de que se estaba poniendo caliente con sólo ver al rubio todo manchado de ese polvo de tierra y esa pintura verde especial que usaban para los espionajes.
Las provocaciones de Kirishima funcionaban de maravilla y Bakugo lo sabía muy bien, claro que si, por algo tenían una química sexual tan conectada.
Kirishima jugaba con el tirante de su bóxer, aquel tirante rojo vivo mezclado con negro era tan llamativo y caliente para el rubio.
"Eijirou quitatelo" Ordenó él, perdiendo su poca paciencia.
"Lo siento, pero no estás acá para hacer algo al respecto" Respondió él, juguetón.
Bakugo gruñio como respuesta, pero tampoco dijo algo al respecto, estaba demasiado concentrado en contener sus propios jadeos por estar tan caliente por culpa de su novio. Kirishima rio bajito tapando su boca al notar como estaba poniendo al contrario.
Para más diversión, Kirishima sin siquiera avisar apretó el icono para terminar la videollamada con el rubio. Con una risa traviesa se tiro sobre su cama hundiendo su cara por completo en la gran almohada mientras escuchaba su celular estar explotando de llamadas de su novio. Con una gran satisfacción y diversión, se dispuso a arropar su lindo cuerpo entre las dulces sabanas para luego de diez minutos, dormirse.
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