Capítulo 8

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~EL AMOR~

Estaba tan confundido por lo que paso aquella noche que simplemente me disperse de la realidad en la que estoy, y esto no paso desapercibido por su enfermero que lo notó un poco más disperso de lo usual al de cabellos burdeos.

—¡Buenos días!— Entró con entusiasmo azotando la puerta, traía el desayuno en manos se veía delicioso y mas si lo traía su enfermero favorito. El mas pequeño se sobresalto a la entrada tan deslumbrante del rubio con terminaciones rojizas.

—Me acaba de sacar un buen susto— Agrego el de cabellos burdeos suspirando derrotado.

El mayor se acerco a la camilla donde se encontraba este, notando lo disperso que esta— Estas más allá que aquí — Acariciando su mejilla con el pulgar, colocó su desayuno delicadamente sobre el regazo del de cabellos burdeos.

—Lo siento, pero extraño ver a mis amigos, ¡Ya quiero salir de aquí!

— Joven Kamado, lo tenemos aquí por que en los análisis médicos dice algo más que un simple resfriado...— En su rostro se reflejaba la tristeza que sentía, pero no podía dejarse llevar por ella, no quería mortificar al menor — Y eso usted lo sabe — Agrego el rubio.

—- ¡Lo sé! — Lagrimas brotaban de su rostro mientras bajaba la mirada — Pero demonios...¿Es mucho pedir una simple salida?— Es cierto, pero no podian arriesgarse , estaba conectado a un montón de cables sobre sus antebrazos. No pidan arriesgarse a algún otro desmayo...

Es cierto que ya llevaba unos meses ahí y no había señal de sus supuestos amigos, no aparecían por ningún lado y solo faltaban unos días para su cumpleaños, ¿De verdad su estado era tan deplorable que ni siquiera podían verlo a la cara?, esta pregunta se hizo tantas veces en su mente que comenzó a creérsela, de tal forma de se deprimió de tal grado.

— ¿En tan mal estado estoy que ni siquiera pueden verme a los ojos? — Sus ojos volvieron a cristalizarse luego de que Rengoku limpiara aquella tristeza que brotaba de sus ojos.

— Entiendo Joven Kamado, pero no te denigres a ti mismo, solo te harás más daño — Agregó el rubio con terminaciones rojizas, soltaba pequeños besos en la cara del de cabellos burdeos haciéndolo reír, ciertamente le hacia cosquillas — Si que sabes alegrarme. ¿Verdad?— El de cabellos burdeos sonrió ante los besos del mayor.

Se miraron tan cerca que no se contuvieron y se unieron en un beso que expresaba todas las emociones que sentían en ese momento, tristeza, deseo y sobre todo amor. El beso fue lento pero disfrutable, ciertamente no querían separarse pero lo tuvieron que hacer por la falta de aire.

Tanjiro miró delicadamente el rostro del contrario y lo tomo del cuello para atraerlo en un nuevo beso, pero esta vez expresaba deseo e iba un poco mas rápido, en el momento que el de cabellos burdeos abrió su cavidad el mayor vio la oportunidad para meter su lengua buscando la contraria.

El beso cada vez se volvió más húmedo de lo que debía, el rubio fue metiendo su mano bajo la camiseta del menor apretando uno de sus pezones, sacándole ciertos jadeos y gemidos.

— Rengoku eso duele...Ahg— Se contrajo en un sonoro gemido, arqueando su espalda por la estimulación que sentía, esto era tan placentero por parte del menor.

—El desayuno se va a caer — soltaba pequeñas risitas

—A quien le importa — Agrego el rubio con un semblante dominate, pero no querían hacer un desastre, por lo tanto tomó el desayuno que había colocado con anterioridad y lo puso sobre una mesita de noche.

El mayor se posicionó encima del menor dejando pequeños besos sobre su cuello, mientras apretaba su pezón con delicadeza.

Iba dejando pequeñas mordidas y lamidas sobre su cuello, dejando pequeñas marcas que ciertamente decían "Eres totalmente mío" el echo de pensar esto lo excitaba a tal grado que no podía contenerse más.

-El Amor Es Como El Atardecer- +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora