Por culpa de mi arte y mis idioteses te conocí, y como tan pronto llegaste, tan pronto te fuiste...espero estar contigo denuevo.
ADVERTENCIA: Esto es un UZUIxZENITSU, es decir, hombre x hombre. Si no es de tu agrado o te parece desagradable, te invi...
—Shinazugawa...— oí un murmuro débil provenir del asiento trasero, aquel niño se encontraba muy débil, mi corbata se encontraba empapada en sangre y no tengo ni idea de que hacer al respecto. Perdió mucha sangre.
—¡Maldición! Si muere, podrían demandarme por un tipo de homicidio involuntario o un delito de homicidio. Mierda, mierda, mierda. — su mente estaba echa un lío, un desastre total, su propia mente se carcomia poco a poco llenándose de ansiedad y angustia.
Estaba desesperado por llegar al hospital, como consecuencia acelero el ritmo para llegar aún más rápido a este mismo, iba cauteloso, pues no quería que lo detuvieran o algo por el estilo pero si tenía claro algo, debía apresurarse.
Sintió una ráfaga de alivio y bienestar al observar el hospital enfrente de el, solo debía llevar a aquel chico a este. Shinazugawa observo por retrovisor al chico, yace con los ojos entre-cerrados y sangre entre sus manos, estas mismas hacían presión sobre su rodilla con algo de presión, se podía notar por lo blanco que estabam sus nudillos. Había "Desmayado" al parecer, o eso quería pensar.
Miedo y angustia recorrieron mi cuerpo al ver tan espantosa escena.
Baje tan rápido como pude del auto azotando la puerta detrás mío, tome al chico entre mis brazos y volví a azotar la puerta con la pierna, puesto a que tenia al chico sobre mis brazos.
—Debo dejar de hacer eso, algún día se vendrán los vidrios abajo— murmuró viendo aquel rostro del joven, era atractivo, puesto a que tenía un rostro muy refinado, parecido al de una chica. Una nariz respingada y labios carnosos pero resecos por todo el estrés sucedido, su rostro se veía pálido y tenia pequeñas salpicaduras de sangre en su rostro, es lindo. Pensó .
—¡Ayuda!— gritó ronco pero a su vez alto para que puedan oírlo, llamando la atención de la chica del mostrador yace al frente de este y de las enfermeras que iban de aquí para allá, rápidamente tomaron una camilla y Sanemi colocó al chico con delicadeza, le dio una última mirada antes de encaminarse hacia la sala de espera y tumbarse sobre el primer asiento que observo.
Recargo su brazo y recosto su mejilla sobre su palma.
—Maldición, estoy exhausto— dio un suspiro largo antes de cerrar los ojos y tranquilizarse un poco.
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Me encontraba durmiendo plácidamente sobre mi camilla con la luz del sol reposando sobre mi rostro, abrí los ojos puesto a que los rayos del sol se volvieron estorbosos.
Baje con cuidado de la camilla colocandome las pantuflas que yacían al frente de mis pies y con delicadeza me hincapié hacía la puerta. Tome el picaporte entre mis manos y abrí lentamente, observe como enfermeras iban corriendo con una camilla entre sus manos a la sala de emergencia y pude mirar de quien se trataba.
