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"Estoy listo, pero tú no lo estás niño, muéstrame lo que tienes"

Un mes había pasado de aquella extraña confesión y un mes tenían de mantener oculta su relación, una que habían comenzado luego de aquel día tan inesperado. Pero no es como que ellos fueran tan normales que digamos, JiMin estaba realmente contento con su logro de ser correspondido y YoonGi, aunque estaba inseguro, no podía evitar quererlo.

No habían vuelto a tener nada sexual luego de esa primera vez, esto a pedido de YoonGi para poder iniciar de una manera un poco más correcta y que no cupieran dudas de que esto era amor y no solo deseo.

JiMin estaba de acuerdo, no tenía ningún problema con realizar algunas citas, como las que tenían años atrás. Volvieron a visitar algunos lugares que ya habían conocido antes y rememoraron muchas cosas, agregando los detalles que dejaron pasar.

Un ejemplo fue cuando fueron al cine y una chica que estaba en el asiento alado de YoonGi le coqueteaba y JiMin lleno de celos le tiró "sin querer" el refresco a la desconocida. YoonGi lo recordaba bien porque había sido muy gracioso, él pretendía rechazar a la chica porque era demasiado insistente, pero JiMin le había ahorrado la incomodidad de hacerlo.

Por su parte, YoonGi confesó que una vez que fueron a la playa, unos chicos le pidieron ayuda para acercarse a JiMin porque ellos se habían imaginado que era su hermano mayor y no su padre. YoonGi les mintió diciéndoles que ya tenía pareja, pero JiMin no tenía a nadie y el menor no pudo evitar burlarse por sus evidentes celos.

De esa manera llevaron a cabo varias citas donde dejaron bien en claro las innumerables veces que se cuidaron el uno al otro sin saber y la forma en que intentaban ocultar sus sentimientos.

YoonGi recurría al desquite y el entretenimiento sexual con otras personas.

JiMin en su caso prefería observarlo, mantenerse a su lado y masturbarse en secreto, algunas veces mientras observaba.

Cada uno sobrellevo el miedo a lo prohibido a su manera y no se juzgaban entre ellos. Sabían que también había mucha diferencia de edad, pero eso tampoco era un impedimento ahora que sabían que eran correspondidos.

El único conocido que sabía sobre su relación era NamJoon y como era amigo de YoonGi desde la adolescencia sabía que JiMin no era realmente su hijo, así que los apoyaba.

—Ya se habían tardado.— fue lo que dijo mientras miraba a los dos con reproche porque realmente todos parecían notarlo menos ellos.

Ahora enfrentaban un dilema y es que JiMin no paraba de coquetearle a YoonGi en todos lados, ya fuera en su casa o en la empresa. El mayor no podía hacer nada más que autocontrolarse y esperar que el menor se detuviera en algún momento, pero no parecía que fuese a pasar.

JiMin en casa solía andar casi desnudo, solamente usando su camisa blanca de vestir que utilizaba para el trabajo junto a unos bonitos bóxer blancos y arneses con calcetas negras. YoonGi tenía múltiples erecciones a lo largo del día, pero no quería tocar a su pequeño aún, creía que era demasiado rápido y prefería darse una ducha fría para quitarse las ganas.

JiMin al ver que no lograba su cometido, llevó su coqueteo hasta la empresa y decidió remodelar su básico uniforme de practicante. Empezó a utilizar pantalones de vestir más ajustados y sus camisas más transparentes, así YoonGi tenía una perfecta vista de su respingón culo y bonitos pezones.

Todos habían notado los cambios del futuro heredero y muchos hablaban sobre su forma tan descarada de vestir, esto andaba mayormente en la boca de las mujeres. No obstante, en el caso de los hombres, había muchos deseando obtener una cita con JiMin y YoonGi llegó a escucharlos hablar en los baños sobre invitarlo a beber o cosas así.

𝓣𝓻𝓪𝓿𝓮𝓼𝓾𝓻𝓪𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora