06

4.8K 371 11
                                    

YoonGi entrelazo su mano con la de JiMin y lo arrastró por el pasillo del cine hacia los baños, el menor estaba confundido porque se imaginaba que ya iban a ir a casa.

—¿Tienes ganas de hacer chis? — cuestionó, dejándose llevar.

—No, pero necesito follarte y castigarte, este es el lugar más cercano.— respondió simplemente el mayor, abriendo una de las puertas y empujándolo hacia dentro para cerrar detrás de él.

JiMin abrió los ojos en grande por la sorpresa, sonrió de medio lado, encontrándose realmente divertido con la situación y observó el espacio reducido del cubículo. Obviamente le agradaba la idea de ser tomado en esta clase de sitios públicos, pero YoonGi no lo aprobaba tanto y que estuviera trayéndolo aquí para hacerlo le provocaba sobremanera.

Afortunadamente nadie los vio entrar en el baño de caballeros, lo cual sería un grave problema porque en ese momento parecía una chica y agradecía que no había nadie porque todas las películas estaban en plena función.

—Tenemos diez minutos antes de que toda la gente salga de las salas y venga a los baños, así que abre tus piernas, Minnie.— ordenó YoonGi, haciéndolo sentarse sobre la taza del baño y quitándose el cubrebocas.

JiMin no dudó ni un solo segundo, abrió sus piernas y alzó su faldita de tablones para mostrarle su ropa interior manchada de semen. YoonGi gruño al notar que llevaba puesta un calzoncito de encaje rosa con lazos y holanes, que mantenía su gordito miembro apresado.

—¿Realmente anduviste con eso puesto todo este tiempo? — cuestionó incrédulo, en cualquier momento alguien pudo haberlo visto.

—Mju~.— canturreo JiMin, pestañeando repetidamente con inocencia.

YoonGi estaba en parte encendido, pero también furioso, se puso de rodillas frente a él y tomó por la parte interior de sus rodillas para alzarlas. Lo acomodo mejor en el asiento y admiro su bonito culo adornado con ese encaje, en esa área apenas era un hilo, así que solo lo deslizó hacia un lado.

—Joder, me vuelves loco.— gruñó el mayor, dándose cuenta de que tenía colocado un juguete dentro, lo cual llamó su atención porque tenía un arito para tirar de el.

JiMin jadeo cuando la cadena de bolas chinas en su interior fueron retiradas de una sola vez, eran cinco bolitas que medían dos centímetros de grueso cada una y el largo solo eran diez. Se las había colocado cuando se cambió y las tuvo dentro suyo todo el tiempo, en el auto de camino, durante la fila para comprar los boletos y a lo largo de la función de cine.

YoonGi admiro el juguete completamente húmedo y lo guardó en uno de sus bolsillos, aprecio el anillo rosado de su pequeño novio y la forma en que un montón de lubricante salía. Tentado por la imagen, dirigió dos de sus dedos para insertarlos de golpe y comenzó a prepararlo un poco más, hasta lograr introducir un tercero.

—Mgh~ Yoon.— gimoteo JiMin virando sus ojos por el placer, desesperado por recibir la enorme verga del mayor.

Ambos guardaron silencio cuando varios pares de pasos resonaron en el baño, al parecer la función de algunas películas había acabado ya y la gente vendría a hacer sus necesidades. Aunque eso a YoonGi ya no le importaba, en este momento solo quería y necesitaba castigar a JiMin, realmente no planeaba tener piedad con él luego de haber hecho tantas cosas.

—¿Papi? — dudó el menor por lo bajo, sin comprender por qué lo ponía de pie, le daba la vuelta y lo colocaba contra la pared de la taza.

—Ahora quien tiene que guardar silencio si no quiere que nos atrapen eres tú ¿Entiendes? — siseó YoonGi, levantándole la falda para acariciarle el culo y apretarlo con sus grandes manos hasta dejarlas marcadas.

𝓣𝓻𝓪𝓿𝓮𝓼𝓾𝓻𝓪𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora