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Después de la charla entre Chaeyoung y Sana, ambas habían llegado a la habitación donde se encontraban Sana y Mina, quienes al parecer no habían conversado, pues se hallaban alejadas la una de la otra.

Entrecerrando sus ojos hacia la pelirroja, Jihyo se acercó unos pasos hacia el armario y sacó unas cuantas prendas, tirándolas sobre la cama de manera desarreglada.

Mina rodó los ojos. Sana observaba detalladamente las interacciones entre ambas, intentando conectar las cosas y encontrarle una respuesta a la incógnita que se había formado en su cerebro, por su parte, Chaeyoung observaba curiosa a la mayor.

Una vez terminó de sacar la ropa y zapatos de su armario, se quitó el sombrero y levantó la vista hacia Sana, mostrándole esos exuberantes ojos japoneses que tantos escalofríos le causaban.

Esta vez tampoco fue la excepción.

—Elige.

—¿Disculpe?

—Elige las prendas que quieras combinar. No puedes andar como si acabaras de salir de un cuento de hadas por aquí.

—¿Quiere que me ponga... Eso? —preguntando de forma incrédula, Sana señaló las prendas sobre la cama con el dedo índice.

Jihyo frunció ligeramente el ceño.

—¿Qué tiene de malo?

—No lo tome a mal, señorita Park. Es solo que... No es mi estilo.

—No estás en posición de decir esas cosas, princesita —farfulló, tomando un pantalón y un camisón, y tirándoselos con algo de fuerza—. Estaba intentando que te sintieras más cómoda porque vas a usar esa ropa por dos semanas. Pero como te pusiste irritante de nuevo, yo elegí.

—¿Qué?

—¿Dos semanas con la misma ropa?, ¿Estás bromeando? —Mina se inclinó ligeramente en su asiento y levantó una ceja hacia la castaña.

—¿Tengo cara de bromista?

—De mamona, sí. Pero no de bromista —habló Chaeyoung.

Mina soltó una carcajada y Sana estuvo a punto de reírse si no fuera por la mirada furiosa de la castaña que provocó más escalofríos en ella.

—Cállate, Son.

—¿Por qué? Digo la verdad —replicó.

—No tengo cara de mamona.

Believe In DestinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora