Seúl, Corea del sur. 2002.
Empezaré diciendo que no soy muy buena con esto de las cartas, nunca lo fui. Mi esposo siempre fue mejor. Pero eso no quiere decir que no lo haga.
Hay tantas cosas que quisiera relatar, tantas vivencias y emociones que expresar, pero tan poco tiempo para hacerlo... Sé que probablemente cuando esta carta sea encontrada, en mi lugar yacerán flores y una lápida. Y en lugar de mi presencia, las lágrimas desconsoladas de una pequeña niña... Oh, mi hermosa Sana... Quisiera no irme, no dejarte, estás tan pequeña y sé que aún me necesitas tanto como yo a ti. Eres mi motor, quien me inspira y me da fuerzas para seguir día a día... Pero temo que eso no podrá ayudarme, no esta vez. Hay algo más fuerte que yo allá afuera, y no quería que lo supieras así, de esta forma, de este modo, por medio de esta carta, pero te mentí... No soy invencible y tampoco eterna.
Todo lo bueno tiene su final, dicen por ahí, y temo decirte que es cierto... Aunque no lo queramos y no estemos de acuerdo, es así y no hay nada que podamos hacer para evitarlo.
Me iré, me iré muy lejos mi pequeña, no podré estar contigo como habría querido. Verte crecer e inundarme de felicidad por cada pequeño logro que tuvieras, (porque orgullosa siempre estuve y sé que seguirá así) cada cumpleaños, cada año nuevo, cada navidad... Y lo lamento por eso. Porque también sé que tu vida no será la mejor. Tu padre es alguien trabajador y bueno, pero tan frío al mismo tiempo... Él lo intenta, intenta ser un buen padre para ti, pero le falta un poco más de expresión. A pesar de que te ame con todo su ser, como lo hago yo.
Pero tú... Aún tienes tanto por hacer, tanto por vivir y decir; tantas cosas y personas por amar, tanto que ver y experimentar... No dejes que nadie te diga que no puedes, porque yo sé, tu padre sabe y tú misma sabes que puedes. Y aunque yo ya no esté en cuerpo y presencia, lo estaré en alma y espíritu. Velaré por ti, y trataré de guiar a tu vida personas buenas, alguien con quien luchar, y amigos que escuchen tus problemas y te ayuden...
Jamás dejes de sonreír, de reír, de ver las cosas buenas de la vida... y recuerda, mi pequeña Sana...
Te amo con todo mi corazón.
Pd: No te olvides de demostrarles a quienes quieres lo que sientes, ni de darles abrazos ¡oh, y recuerda que se disfrutan mejor con los ojos cerrados!
Con amor, tu madre, Minatozaki Sandara.
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Believe In Destiny
FanfictionPark Jihyo, una fría y calculadora cazarrecompensas y coleccionista profesional ya tiene su siguiente objetivo en la lista, y planea divertirse mucho con él. Minatozaki Sana, una chica educada, humilde y dulce, pero con demasiados problemas en la vi...