Capítulo M.
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Un borrón de tez pálida corría apresuradamente alrededor de la sala de estar alfombrada, carcajeándose cuando una mujer vestida con el característico uniforme azul apareció por la puerta con un pañal en la mano y el cabello mojado.
—¡Benji, vuelve aquí! —proclamó, avanzando a pasos agigantados entre los juguetes tirados sobre el suelo, con cuidado de no tropezarse o romper alguno.
Pero el pequeño hizo caso omiso y siguió corriendo alrededor del sofá, probablemente pensando que era sólo un juego, y por lo tanto, él no debía ser atrapado.
—¡No tenemos tiempo para esto! ¡Debemos-
La criatura volvió a reír cuando, en un intento por alcanzarlo e interrumpiendo su regaño próximo, su madre tropezó con un bloque amarillo y cayó sobre su trasero en el suelo, en un golpe sordo.
Chaeyoung aprovechó la distracción, levantándose rápidamente para tomarlo por las axilas y elevarlo sobre el suelo.
—¡Te atrapé, pequeño revoltoso!
El niño de casi dos años y medio le sonrió, mostrando los cuatro dientes delanteros que recién le salieron. Y Chaeyoung no tuvo el corazón de molestarse con él.
—Tienes que dejar de pasar tiempo con Jihyo, amigo —suspiró.
—¡Jihyo! —chilló el infante, moviendo sus piernas emocionado ante la mención de su tía favorita.
—¿De quién eres hijo? Ya hasta te ríes de mí como hace ella.
Él volvió a reír y alcanzó su cabello con las manos mientras ella lo sostenía contra su pecho, caminando con cuidado lejos de aquel desastre.
—Mina va a matarme.
—¡Mami! —pronunció su hijo, sabiendo perfectamente de quién hablaba.
—Sí, Benji. Mami va a matar a mamá cuando vea el desastre que tú hiciste.
—¡Mami! —gritó el niño, tomando un mechón de su pelo y jalándolo con fuerza.
—¡Ay! —se quejó ella, haciéndolo reír—. ¿Cómo tienes tanta fuerza, eh? ¿Tengo un pequeño Hércules aquí y no me había dado cuenta?
Lo levantó en alto con sus brazos, volviendo a escuchar su risa; lo que la llevó a sonreír gratamente.
—¿También sabes volar? —preguntó con diversión—. ¿Llevarás a mamá volando algún día?
—No, ¡Jihyo!
Chaeyoung rodó los ojos con diversión, completamente consciente del enamoramiento de su pequeño hijo con su hermana.
—Por supuesto que ella irá primero.
Sin embargo, el pequeño soltó un gas y volvió a echarse a reír. Su madre observó sus pompis cubiertas con talco para bebés y arrugó la nariz.
—De acuerdo, pero antes de que te vayas a volar pongámoste un pañal. No vayas a arruinar el piso.
—¡No, no! —negó, pataleando levemente en el aire.
«Oh-oh...» Chaeyoung sabía que se acercaba una rabieta.
—Vamos, campeón, ya hablamos de esto, ¿recuerdas? Los pañales son buenos, tienes que usarlos.
Pero él volvió a negarse, empezando a llorar con fuerza.
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Believe In Destiny
FanfictionPark Jihyo, una fría y calculadora cazarrecompensas y coleccionista profesional ya tiene su siguiente objetivo en la lista, y planea divertirse mucho con él. Minatozaki Sana, una chica educada, humilde y dulce, pero con demasiados problemas en la vi...