—¿y si te quedas un ratito más?
—qué caprichoso, eh.
las primeras horas del día para cristian se resumieron en él intentando persuadir a lisandro para que no vaya al entrenamiento de hoy. no lo culpen, pasar tiempo juntos siendo los dos futbolistas es extremadamente difícil. más cuando los dos viven en ciudades distintas.
—y yo que me hice lugar para venir y estar con vos. —fingió molestía, exagerando un puchero que hizo reír al entrerriano. automáticamente sonrió al escuchar su risa.
—deja de lloriquear. —lisandro se acercó colocando sus manos en su cintura—. vas a estar con juli. ayer te la pasaste llorando porque lo extrañabas. ahora lo vas a tener todo para vos.
—bue, sí. pero quiero estar con los dos —insistió.
solo era él jodiendo con lisandro, pero realmente quería que se quede y pase el día con los dos. y no sabía cómo poner en palabras la necesidad de tenerlos para él en todo momento que sentía porque sabía que una vez que lo mencione seriamente se sentiría expuesto.
lisandro solo le dedicó una sonrisa y ojos suaves, como si entendiera lo que le ocurre en este momento.
—andá a despertarlo. ni te vas a dar cuenta del tiempo, dale —susurró sobre sus labios—. en unas horas vuelvo. —besó suavemente sus labios—. te amo.
se tomó el atrevimiento de fantasear por lo doméstico que se veía todo. despedir a uno de ellos con un "te amo" susurrado, despertar a otro a quien le gusta dormir un poco más y prepararle el desayuno. quiere esto siempre.
logró salir de su ensoñación, centrándose en preparar el desayuno para el cordobés. miró la hora notando que en cualquier momento estaría ahí. no quería despertarlo pensando que podría estar cansado por el partido de ayer.
estaba por responder los memes y boludeces que enviaban emiliano y enzo en el grupo que tienen todos pero escuchó pasos que venían desde el pasillo. un julián adormilado se asomó logrando que su corazón salte por la imagen tan tierna que el menor le estaba dando.
—buenos días, bello durmiente. hay café y facturas.
el chico, todavía entre el sueño y la realidad, se acercó a la mesa murmurando un suave "buenos días". cristian mordió sus labios conteniendo un chillido, se veía adorable con el cabello revuelto y sus ojitos entrecerrados.
—¿licha se fue al entrenamiento? —preguntó mientras mordía desordenadamente una medialuna, ensuciando su cara con migas.
cristian se moría por llenar su rostro de besos.
—mhm. no me sirvió ningún truco para que se quede el culia' —se quejó ganándose una risita de parte del otro-. capaz si te veía a vos así todo tierno se quedaba.
el menor se ahogó y casi esparce el café por toda la mesa, claramente tomado por sorpresa, su rostro se pintó de un fuerte rosa. y cristian, aunque contento con la reacción, golpeó suavemente su espalda. le gusta ver cómo se vuelve un desastre tímido con los chamuyos, pero se sentiría culpable si el chico se le muere ahí.
—dah, boludo. qué decís —murmuró avergonzado, con su mirada clavada en su café.
—la verdad, arañita. mirate lo que sos, una ternura recién levantado. —se acercó a su mejilla besándolo efusivamente.
la carcajada del más joven llenó su pecho. quiere esto todas sus mañanas, o las que su profesión le permitan. espera que ellos quieran lo mismo con la misma intensidad que él.
pasaron la mañana charlando, contándose esas cosas que por mensajes no pueden. hablaron del partido de ayer y cómo era la relación del menor con el resto de jugadores. él mismo le comentó de cómo está en su actual club y su amistad con heungmin y otros jugadores.
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tres estrellas | julián álvarez, lisandro martínez, cristian romero.
Любовные романыjulián está cómodo con su soledad, no es un problema para él. pero, honestamente, no tiene planes de negarse a lo que se le presenta en este momento.