no sabe qué lo impulsó a tomar esa decisión apurada, encontrándose a sí mismo frente a esa puerta, respirando hondo en el intento de calmar su cuerpo y no arrepentirse de esto.
quizás sea resultado del buen partido que tuvo hoy, o su gol en este, o el hecho de que su mente no deja de pensar en lisandro y cristian, más de lo común.
de un momento a otro, luego de notar que llegó a su casa y lo que menos quería era descansar, sus dedos tomaron vida propia en la pantalla de su celular.
tú
lichaaa, estás? puedo caerte?
llevo lo que quieras!!
la respuesta llegó al instante, sin darle lugar a su mente a dudar de lo que iba a hacer.
licha!
obvio que si, mi amor!!
venite que voy preparando el mate!
¡por dios! no podía estar sonrojándose por milésima vez por un simple "mi amor". no había escapado de su atención que lisandro utilizaba ese apodo cariñoso con él mucho más de lo normal desde la última vez que se vieron.
julián está muy seguro de que el entrerriano notó lo que produjeron en él esas dos simples palabras.
—dale, gil. es solo licha —susurró en busca de valentía y tranquilidad, y golpeó la puerta rápidamente. realmente no entendía por qué todo esto lo ponía nervioso, solo estaba visitando a su amigo, ¿no? nada fuera de lo común.
"excepto que te gusta él y su pareja", su mente canturreó. y, bien, su mente tiene un punto.
la puerta se abrió interrumpiendo sus ansiosos pensamientos, y un lisandro con su característica sonrisa brillante y su pelo un poco desordenado lo recibió.
—¡juli, mi amor! —automáticamente se vio envuelto en un abrazo efusivo, logrando que tropiece hacía atrás por el peso repentino—. ¡felicitaciones por el partido y el gol! el pelado ya entendió, eh...
iba a responder, e intentar controlar su respiración luego de que la abrumadora presencia del entrerriano lo haya golpeado tan rápidamente, pero una segunda voz lo frenó de golpe.
—¿qué te dijo el gallego gil ese? dibu martinez hay uno solo, y más respeto con el campeón del mundo, eh.
miró rápidamente por encima del hombro de lisandro a un cristian relajado acercarse con su sonrisa preciosa y los brazos extendidos para unirse al abrazo.
—mi arañita goleadora, cómo te extrañé —susurró el cordobés una vez que rodeó su cintura con sus brazos, para luego posar sus cálidos labios en su cuello. él solo pudo morder sus labios para evitar que cualquier sonido salga de su boca.
julián puede jurar que comenzó a sentirse un poco mareado. eran muchas sensaciones golpeándolo en poco tiempo. no esperó sentir los dos pares de manos en su cuerpo, ni el calor de los dos cuerpos tan cerca suyo en este momento. se había preparado mentalmente para recibir a lisandro, tenerlo a cristian ahí fue una sorpresa.
pero rápidamente el sentimiento de nerviosismo lo invadió. ¿realmente está bien que haya venido? ¿y si ellos estaban teniendo planes para estar juntos y él vino a interrumpir? lisandro no le negaría la visita, y ese es el problema.
—¡cuti! también te extrañé mucho. no sabía que ibas a estar acá, ¿no estoy interrumpiendo nada? perdón si vine y no querían visitas. —intentó disimular el tono triste y preocupado en su voz. aún cuando la presencia de cristian lo descolocó, realmente quería quedarse con ellos ahora que tenía la posibilidad de disfrutar la compañía de ellos después de un tiempo sin verlos.
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tres estrellas | julián álvarez, lisandro martínez, cristian romero.
Romancejulián está cómodo con su soledad, no es un problema para él. pero, honestamente, no tiene planes de negarse a lo que se le presenta en este momento.