Regulus pensó en lo difícil que sería su mañana mientras veía a la chica nueva, Hermione, caminar hacia él con completa confianza durante el desayuno. El amarillo Hufflepuff de su uniforme pareciendo resaltar mas que nunca entre las personas. Sintió algunas miradas sobre él, juzgandolo listos ante cualquier movimiento de su parte.
Incluso Sirius lo estaba mirando.
Regulus resistió el impulso de hacer una mueca y mantuvo su rostro inexpresivo.
—¡Buenos días! —ella lo saludó, pareciendo demasiado feliz por verlo.
Regulus la miró, sin responder.
Barty, en cambio, respondió alegremente: —¡Buenos días, dulce! —los ojos negros del chico mirando a la niña sin perderse ni un solo detalle de su expresión. —Soy Barty.
—¿Barty? —Hermione ladeo la cabeza.
—Bartemius Crouch Jr. —respondió él. —Pero dime Barty.
—Está bien, Barty. —ella le tendió la mano. Regulus la tomó y le beso el dorso de la mano, Hermione parpadeó por unos segundos como si no lo hubiera esperado (porque ella quería estrecharle la mano) y luego actuó con normalidad. —Soy Hermione Lovegood-Granger. Granger es por mi mamá, ella era muggle y no tiene nada que ver con el tipo de las pociones, por lo que sé.
—Mi padre es un imbécil a tiempo completo. —Barty soltó de pronto. —Y es un auror también, por lo que sé.
Regulus le dio una mirada extrañada a su mejor amigo.
—¿Qué? —Barty dijo, dándole una sonrisa inocente. —Estamos hablando sobre nuestros padres.
—Es un gusto, Barty.
—Lo mismo digo, Mione.
Ambos se sonrieron. Hermione miró al otro chico amigo de Regulus.
—Mi nombre es Evan Rosier. —él asintió en dirección a Hermione. —Es un placer, señorita.
Ella le sonrió al chico. —Lo mismo digo, señor. —ella bromeó.
Evan sonrió.
Regulus pensó que era bueno que Hermione se llevará bien con sus amigos, pero no supo por qué. Tal vez era porque él quería llevarse bien con Hermione, tenerla cerca.
Entonces (y finalmente) Hermione lo miró.
—Ese brillo... —mencionó la niña de pronto. Sus ojos mirándolo con timidez. —Sé que es, creo.
Ella se acercó a él, interrumpiendo su espacio personal. Estaba tan cerca que Regulus podía sentir su aroma a jazmines. Era dulce, delicioso. Le gustó.
—Es una unión, Dumbledore me lo dijo, —Hermione le susurró. —pero todavía no sé de qué.
Regulus lo sabía. Él sabía de qué era esa unión, pero no se lo diría. Aún.
Los ojos de Regulus distraídamente chocaron con los ojos de su hermano mayor, quien parecía sorprendido.
Era obvio el porqué.
Regulus Black normalmente no permitía un acercamiento de ese tipo con ninguna chica, ni siquiera Pandora (su mejor amiga) se acercaba tanto a él como lo estaba haciendo Hermione. Y sabía que todos, incluso sus compañeros Slytherin, estaban sorprendidos. Pero no le importó, Hermione era... era suya.
Era una nueva amiga, una chica por la que tenía curiosidad debido a su procedencia y posiblemente (por la unión mágica que se creó por sí misma) algo más que eso, así que permitió que ella estuviera cerca. No le importaba que ella estuviera cerca.
Cuando se alejó, sin embargo, no pudo evitar sentirse un poco extraño.
Por otra parte, Hermione parecía de once años. Lucía como un primer año y él ya iba en tercero, así que quizás los demás vieran el acercamiento como... ¿Tal vez como una relación de hermano-hermana? ¿O algo como una mascota y su dueño? Pero... Regulus frunció el ceño con duda,¿Quién era el dueño y quien la mascota?
Tendría que esperar para ver, supuso. Todo dependía de cómo evolucionara la relación de ambos mientras pasaban tiempo juntos ese año.
Él hizo que Barty se moviera para hacer un espacio a Hermione y señaló el lugar. —Siéntate ahí. —aunque fue una petición, sus palabras sonaron como una orden.
Hermione frunció el ceño.
—No.
—Por favor. —agregó él.
Hermione dudó, dio un vistazo a la mesa Hufflepuff donde algunos la miraban y luego se encogió de hombros. Ella se sentó a su lado y lo miró.
Regulus tomó un trozo de manzana con un tenedor y se lo ofreció para que lo tomara. Su mente trayendo el recuerdo de un conejo mientras miraba a la niña. Hermione abrió la boca, comiendo directamente del tenedor que Regulus sostenía, sin entender del todo porque Regulus Black quería alimentarla de esa forma. Ni siquiera Harry o Ron lo hicieron y ellos eran los mejores amigos.
Regulus pensó que tendría que esforzarse para no sonreír.
Hermione era adorable, justo como un conejo. A Regulus le encantaban los conejos, siempre quiso uno pero nunca lo dejaron.
Regulus ofreció un pocillo de frutas a Hermione, mirándola fijamente.
—Come. —le ordenó.
—Solo porque tengo hambre. —ella le gruñó. —No me gusta que me den órdenes.
—Petit lapin. —él murmuró en francés. —Lapin rebelle.
Evan arqueó una ceja y Barty se río.
Una pequeña sonrisa se dibujó en el rostro de Regulus, misma que ocultó bajó su taza de café mientras bebía un sorbo de este.
Hermione sería interesante. De eso él estaba seguro.
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El conejo de la Serpiente
FanfictionDonde Regulus Black, conoce a una interesante viajera del tiempo que le recuerda a un adorable conejo mientras decidía que ella sería para él. O donde Hermione Granger regresa en el tiempo, es clasificada en Hufflepuff y no entiende porque Regulus...