Capitulo 3: Un conejito frío.

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Regulus sintió las miradas sobre ellos mientras acompañaban a Hermione hasta sus clases.

Él sabía que era extraño que un grupo de tres Slytherin de tercero acompañaran a una Hufflepuff de segundo año a sus clases cuando ni siquiera eran familiares o amigos cercanos y sabía que era aún más extraño que fuera él: Regulus Black, heredero de La Gran y Noble casa Black, pero no le importaba.

Hermione era suya, su fuente de interés y diversión, era algo así como su mascota así que tenía que cuidarla.

Las personas como él siempre tenían que cuidar lo que era suyo, de eso se trataba la mayor parte de ser un Black y un Slytherin, Regulus estaba seguro.

—Cállate, Harry. —escuchó a Hermione murmurar mientras miraba un punto fijo a su lado. —No estoy siendo tratada como un bebé.

Regulus alzó una ceja. ¿Con quién hablaba ella?

—Tienes suerte de que no pueda hechizarte. —la escuchó amenazar y luego procedió a quedarse en silencio el resto del tiempo, mirando de vez en cuando a su lado como si alguien caminara junto a ella.

Alguien aparte de él y sus amigos. ¿Tal vez Hermione estaba un poco... loca?

—¡Basta, Harry! —ella siseó.

Esta vez ella llamó la atención de los otros dos Slytherin.

—¿Con quién hablas? —Barty cuestionó.

—Con Harry, es mi amigo. Es un fantasma o algo así... o tal vez una alucinación de mi cerebro generada por uno de todos mis traumas. —Hermione respondió. —Todavía no estoy segura, pero él lleva mucho tiempo molestándome.

Regulus notó a un par de Gryffindor de segundo año atentos a las palabras de Hermione. Él les dio una mirada de muerte y los niños corrieron, alejándose. Iban a crearse rumores estúpidos posiblemente, después de todo, los mocosos de Hogwarts eran unos chismosos.

—Ah. —Barty asintió como si comprendiera a Hermione. —Traumas. También tengo muchos de esos.

—Idiota. —masculló Evan, luciendo como si no supiera qué hacer con su amigo.

Hermione se detuvo. —Este es mi salón. —dijo y entró sin siquiera darles una mirada.

Barty fingió sollozar. —Oh, la pequeña Hermy es tan fría. —lloriqueo. —Ni siquiera se despidió de mí, su mejor amigo.

—Tú no eres su mejor amigo, Barty. —Evan le dijo, dándole una mirada cansina. —Apenas la conociste hoy.

Barty lo ignoró, fingiendo limpiarse lágrimas.

Regulus le dio unas palmaditas a Barty en la espalda, mirando tristemente la puerta del salón. Hermione tampoco se había despedido de él. 

—Idiotas. —Evan suspiró, alejándose de allí. Iban a llegar tarde a clases si seguían allí parados.

El conejo de la SerpienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora