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Un suspiro salió de sus labios cuando el chofer de sus padres cerró la puerta tras salir de su casa y ella se quedó observando la madera oscura. Aún era muy extraño para ella vivir sola y ahora que le habían enviado el resto de sus cosas, la hizo sentir como si la hubiesen abandonado, pero estaba segura de que su padre nunca la dejaría olvidada.

Dos trabajadores de la compañía también estaban ahí junto a Rebecca, la nueva asistente que su padre contrató como niñera para ella, o bueno, como una informante que debía reportarle diariamente como estaba su hija.

Los tres fueron enviados para terminar de adecuar la casa para ella.

Debo irme, ¿O tengo que pedirte permiso?

Las cosas no funcionan así, señorita Burke. Solo estaré aquí unos días. — respondió la pelinegra que le recordaba un poco a Megan Fox, pero más joven. — Puede irse, yo esperaré aquí hasta que usted regrese.

Rodo los ojos tomando su mochila de entrenamiento, azotando la puerta cuando se dirigió a su auto. Llego tan tarde anoche que olvido guardarlo en la cochera.
Llegando al dojo, noto como solo estaban muy pocos estudiantes y los que quedaban tenían caras largas, se miraban tensos.

¿Dónde estabas anoche? — pregunto Tory molesta cuando la vio acercarse al grupo ya vestida con su gi. Todos tenían moretones, incluso Zoe, por lo que Grecia frunció el ceño.

Aquí, me quede entrenando hasta tarde. — la morena camino alrededor de sus compañeros observándolos. — ¿Que les paso?

Hawk abandonó el dojo.

Aquello hizo que la morena abriera los ojos sorprendida. Le explicaron que fueron a casa de los LaRusso donde los dojos rivales estaban en una reunión que termino en una pelea destrozando el lugar. Muchos cobardes dejaron el equipo, por esa razón estaban enojados consigo mismos.

Luego está ese amigo tuyo, duerme aquí pero no entrena con nosotros. — replico Kyler hacia ella. — Debes convencerlo para que se nos una, eres la única que puede lograrlo.

No quiero estar de su lado, pero él tiene razón, Luella.

Que Zoe la llamará por su segundo nombre, sintió que fue una especie de advertencia que tenía que cumplir, aunque ella no quisiese. Después de esa noche, tenía miedo de que las cosas vuelvan a cambiar, pero sabía perfectamente que era inevitable.

Sin embargo, no se dejaría llevar por lo que ellos decían. — Ustedes son unos idiotas, ayer lo alababan por robar la maldita serpiente y hoy lo odian por algo que no tiene que ver con él.

Grecia, no lo entiendes. Miyagi-Do y Colmillo de Águila se unieron en nuestra contra. — explico Tory tomándola del brazo cuando ella se disponía a irse. — Sam y Miguel los unieron.

No te mentiría con algo así, pero debes hablar con él y hacerlo entrar en razón.

Grecia no le había contado a Zoe lo que ella y el castaño vivieron la noche anterior, puesto que no sería fácil explicar lo que sucedió. Al menos podrían imaginarse lo que paso debido a la falta de una ventana.

Se acaba de ir, pero sé que regresara más tarde. ¿Lo harás? — esta vez Tory fue la que insistió.

La morena dudo en dar una respuesta positiva, se safo del agarre de la rubia teñida y asintió después de unos minutos. Los chicos sonrieron y volvieron a sus lugares para seguir estirándose.

Llevaba un tiempo entrenando sola sus golpes laterales cuando Zoe se acercó a ella con una botella de agua, se la extendió, pero la rechazo con un sonido saliendo de sus labios. Estaba dispuesta a ignorarla, pero no sería fácil hacerlo sabiendo que ella era la única que seguía a su lado. Zoe no se alejó, se quedó en silencio observando los movimientos de su mejor amiga.

Long Road (Robby Keene) PAUSADA TEMPORALMENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora