Ambos están sentados uno frente al otro, con la distancia suficiente, para que Yuuji sienta su estómago temblar y apretujarse dentro de su cuerpo, y que las gotas de sudor, que se forman en su rostro, provoquen que sus mechones rosas se peguen a su piel.
"Habla."
Sukuna puede notar que aquel tono de voz, lo hace temblar. Pues, a pesar de los inútiles intentos que realiza, tratando de disimularlo, los ojos marrones vuelan hacia todos lados, como buscando la respuesta escrita en alguna pared de su departamento, y abre y cierra los labios repetidas veces, sin emitir algún palabra.
Lo observa fijamente una vez más, con la expresión que sabe que lo pone nervioso.
Pero sólo consigue que Yuuji guie su mirada hacia el piso. "Yo..." Juguetea con sus dedos. "Fui con unos amigos a tomar algo."
Piensa en su respuesta, por unos segundos. Odia las mentiras descaradas, pero, para empezar, Yuuji desconoce que él sabe acerca de sus encuentros con ese tipo, por lo que desenmascararlo o intentar sacarle la verdad a fuerza, sería algo contraproducente. "¿Por qué mentiste entonces?"
Yuuji rueda los ojos, mientras resopla. "¿Y eso qué? Nunca te ha interesado lo que haga." Se levanta de la silla, y da unos pasos hacia el primer escalón, ampliando la distancia entre ambos. "No entiendo por qué ahora te importa."
"No he dicho que puedes irte aún."
Lo escucha detenerse a medio camino, dándole la espalda. "¿Qué más quieres?"
Probablemente, si estuviera en otro tipo de situación, jamás habría permitido que le hablara de esa manera.
Reflexiona en si sería lo mejor, decirle acerca de lo que ha estado recibiendo, mandar al diablo el poco pudor que aún conserva, y contarle sobre el imbécil desconocido, que le está enviando fotos comprometedoras de él, pero no puede. Conociendo lo impulsivo que es Yuuji, no sabe que reacción esperar, podría encerrarse en su habitación por el resto de su vida o alejarse de él para siempre, y ninguna de esas opciones son agradables o siquiera, soportables.
"Tú..." Cierra los ojos y posa ambas palmas sobre sus rodillas, esperando por una respuesta, que siendo positiva o negativa, no desea oír. "No estás haciendo algo malo, ¿verdad?"
Yuuji se acerca y se detiene a su lado.
No quiere voltear, no quiere ver el rostro de su hermano menor, porque sabe que su mente está traicionándolo, y cada vez que lo hace, ya no ve a ese caprichoso mocoso de dieciséis años con el que ha vivido casi toda su vida, sino a un chico que está disfrutando ser follado, que pone expresiones lascivas al recibir un miembro en su interior, y que gime como desquiciado al ser penetrado.
"No." No reconoce la usual voz dulce, sonando más bien, amarga. Miente. "Lo prometo."
Ninguno de los dos dice alguna palabra más, y Yuuji es el primero en retirarse, subiendo los escalones lentamente y encerrándose en su habitación.
Fijo en su mismo lugar, por los siguientes veinte minutos, piensa en por qué él, por qué es él quien recibe esas fotos, qué es lo que busca ese tipo y si realmente tiene algo con Yuuji, o quizás, sólo busca utilizarlo.
Si bien Sukuna, no es conocido por ser el más agradable del campus de su universidad, no cree que alguno de sus enemigos, sean lo suficientemente cobardes para involucrar a su hermano menor en algo como eso. Entonces...
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Pics
FanfictionSukuna recibe fotos de números desconocidos, en las que se muestra a Yuuji en situaciones comprometedoras.