4.

1.9K 163 9
                                    


"¿Mhm?" Yuuji aún no despega su mirada de la suya, desconcertado y nervioso, pero con una falsa actitud de tranquilidad.

Retira su mano, y los rosados labios forman una pequeña curva. "Está bien. No estás en tus cinco sentidos, hermano."

Hermano.

Las palabras se le atoran en la garganta, y las ganas, lo torturan internamente, instándolo a continuar, pero aún conserva un poco de cordura, que le impide aprovecharse de Yuuji.

Jamás se lo perdonaría, preferiría morir antes de hacerle algo que no consintiese. "Lo siento." Susurra apenas audible, y recargando su cabeza sobre el pecho cálido.

"Vamos, te ayudaré a subir las escaleras. No puedes dormir aquí o te enfermarás."

Aún le es difícil movilizarse, y no por el alcohol ingerido, sino porque está usando toda su fuerza de voluntad contenida para evitar saltar sobre el cuerpo de su hermano.

"¿Sí?" Siente unas palmaditas en la espalda. Yuuji realmente creía que estaba tan ebrio.

Asiente, y con ayuda de sus manos a los costados del cuerpo debajo suyo, se apoya sobre el respaldar.

El rostro de Yuuji está ligeramente teñido de rojo, y aún muestra esa sonrisa ingenua. ¿Qué habría pasado si...? Quiere obviar la respuesta que está formulando su mente, pero no puede. Tal vez, Yuuji habría intentado defenderse, incluso podría haber intentado golpearlo, pero al final lo habría sometido; sabe que tiene mucha más fuerza, y con el poco autocontrol que conservaba, habría sido fácil hacerlo.

Ambos se incorporan, y aprovecha para tomar su celular del otro sofá, antes de que Yuuji pase uno de sus brazos, bajo sus hombros.

Sin detenerse a pensarlo, rodea la cintura angosta con algo de fuerza, dejando que sus dedos anchos se adhieran a su piel, aún sobre la ropa, y sonríe cuando siente el respingo del cuerpo de Yuuji. No va a forzarlo ni algo parecido; sin embargo, no cree que haya algo de malo en tocar un poco sus curvas, además, aún hay mucha tela que los separa.


En poco tiempo y con algo de torpeza, ambos llegan al segundo piso. Yuuji lo acompaña hasta su habitación, y es ahí cuando sabe que no es seguro dejarlo entrar. "Estoy bien, puedo solo."

Pero parece dudarlo, y se gira levemente, conservando una distancia muy corta entre ambos rostros. "¿Estás seguro?" Casi puede sentir su respiración suave quemándole la piel.

Por favor, vete. "Sí."

Retira la mano de su cintura, y lo ve alejarse, dando pasos lentos y firmes, hacia su propia habitación.


Casi nunca hay contacto físico entre ambos, incluso la charlas son bastante escasas. Y lo más seguro es que debido a sus personalidades muy diferentes, no sea fácil entablar conversaciones duraderas.

Cuando eran más jóvenes solían reunirse a ver películas o hacer alguna comida juntos, cada fin de semana; sin embargo, eso cambió cuando entró a la universidad.

Pero de pronto, sin siquiera tener tiempo para llegar a crear una idea similar, y por culpa de un enfermo desconocido, está sintiendo ganas de tocarlo, de escucharlo soltar incoherencias, de profanar su cuerpo en todas las posiciones posibles.


Toma la manija de su puerta y la gira con pesadez. Yuuji ya ha entrado a su habitación, y, por lo tanto, está a salvo. A salvo de su propio hermano.

PicsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora