Su estómago vuelve a contraerse, provocándole un dolor bastante agudo en el vientre, además, el persistente mareo en su cabeza no hace que su malestar sea menor.
"¿Me dirás que fue lo que pasó?" Satoru le habla con una clara expresión de preocupación y extrañez. Y de no ser porque ahora está de mal humor y odia todo y a todos, aquello le habría parecido enternecedor.
Inhala y exhala con profundidad, conservando ambos brazos sobre su abdomen y apretándolo para generar algo de calor. "Quiero..." Se detiene, cubriéndose los labios con una de sus manos antes de que su arcada provoque que vomite.
Por el rabillo del ojo, puede ver la forma en la que es observado por el más alto, con sorpresa dibujada en su rostro. "Mmm." Abre un compartimento de su auto, y saca alcohol y una pequeña bolsa de papel. "Suficiente. Bajaré a comprar algunas medicinas, pero no las tomarás antes de comer."
Quiere protestar, pues siendo sincero consigo mismo lo último que desea ahora es comer, pero no puede discutir con él.
Por algunos minutos, consigue controlar sus molestias siendo ayudado por el alcohol que reprime sus arcadas, mientras que Satoru estaciona su auto y baja de él, entrando a una farmacia y saliendo rápidamente.
No tarda en volver a ingresar al carro, y antes de que pueda ponerle una mano encima a la bolsa con medicamentos, Satoru se la arrebata y la pone a su costado opuesto. "Dije que primero comerías." El carro vuelve a encenderse, y las ganas de abrazar al hombre por cuidarlo tan bien, lo sobrepasan, pero con la manera en la que ha comenzado su día, sería bastante probable que llegara a vomitarle encima. "Conozco un sitio donde venden un ramen delicioso." Gira brevemente para sonreírle y regresa su vista hacia la carretera.
Se limita a asentir, y vuelve a presionar su estómago que no deja de doler.
restaurante de ramen no está demasiado lejos, por lo que llegan en pocos minutos, e ingresan a una agradable habitación donde una mesa para dos personas los espera.
Satoru es quien ordena por ambos, y realmente se lo agradece.
El mozo abandona el lugar poco después, y la mirada del más alto vuelve hacia él. "Bebiste, ¿no es así?"
Sonríe como respuesta, aprovechándose de la tierna expresión que sabe que puede mostrar. "No tienes que preocuparte." La sonrisa le es devuelta junto a una ceja arqueada, que hace que el gesto no sea tan satisfactorio como imaginó. "Lo hice con mi hermano."
Pero ésta se borra, y aquello sólo logra confundirlo. "Él no intento hacer algo extraño, ¿verdad?"
Frunce el ceño automáticamente, no denotando enojo, sino más bien confusión. "¿A qué te refieres? Él jamás me haría daño."
Sin embargo, el asentimiento que recibe no parece una afirmación en absoluto.
Satoru y Sukuna parecen odiarse, y eso que aún no se conocen.
El ramen es puesto sobre la mesa con mucha más rapidez de lo que imaginó, y con sólo percibir su aroma, siente que su malestar disminuye considerablemente.
Varios minutos después, con su plato casi completamente vacío, puede darse cuenta de que la mirada de Satoru no se ha despegado de su cuerpo ni por un segundo. "¿Estás bien?" Pregunta confundido.
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Pics
FanfictionSukuna recibe fotos de números desconocidos, en las que se muestra a Yuuji en situaciones comprometedoras.