¿Creen que pueden hacerlo?
Claro que pueden.
¿Creen que algo así puede derribarme?
Claro que pueden.
Pero mi alma con cada día que pasa excede en veneno que arde y sofoca.
Axfisia el odio que alberga mi ser y no sé dejar ir.
¿Morir?
Ando en la vida pensándolo; deseando que simplemente suceda.
Una persona más que se muere en un accidente. Así de simple sería, pero no lo es.
Asumiré aún más las consecuencias de haber nacido.
De haber nacido de ellos y de haber sobrevivido.
No las quiero asumir, pero... ¿Qué realmente ha pasado porque quiero?
Exacto. Nada.
Muchos quieren volver a cuando eran niños.
Yo no tengo un tiempo al que quiera volver sin que sea considerado masoquismo.
Me odio.
Casi odio a todos.
No me importa mi propio ser.
No me importa casi nadie.
¿Creen que moriré solo porque debo asumir cosas que no me tocan?
¡Por favor!
Llevo asumiendo mi existencia desde que descubrí mi depresión.
No puedo salvarme, pero quisiera salvarla a ella, sin embargo, no puedo salvarla sin antes soltar algo que ya empecé.
Me da gracia que piense que no puedo soltarlo cuando no sabe que yo no lo he dejado porque es lo único que me ata a ser productiva a los ojos de los demás.
¿Qué más da?
De todas formas no te importo.
Si de todos modos, desde mi mayoría de edad e incluso antes, me dijiste que aquello que hiciera sería mi maldita responsabilidad cuando ni siquiera me dejabas cometer el error en primer lugar.
Mi alma se envenena tanto, que por momentos olvido que por naturaleza me amas.
A veces mi ira me lleva a pensar que sinceramente te odio, y quizás lo hago y me asusta porque la sociedad lo castiga.
Porque a pesar de tu mierda, no puedo borrar todo lo que hiciste por mí.
Eres la más grande causante de mis miedos e inseguridades.
Por ti siempre me he sentido la sombra de alguien más.
Por ti busco la aprobación de los demás y escondo una parte de mi ser.
Por ti me suprimo.
Por ti mi rebeldía nata, mi supuesto amor propio, mis miserables pensamientos y muchas cosas que me hartan escribir, es que perdí gran parte de mí y soy alguien que se auto castiga y denigra.
Joder, si me fuera a suicidar he pensado en dejarte una carta diciéndote que a pesar de amarte, me hartaste tanto que pensé que el suicidio es mejor que una hora más a tu lado.
Pero por otro lado, eres tan necesaria que me pregunto si sinceramente lloraré si mueres primero o me sentiré liberada.
Odio pensar así de ti.
Porque se supone que debo ser una hija mansa y fiel.
Hoy, cuando me dijiste que abandonara mis estudios y trabajara por el simple hecho de defender a alguien de tu presión psicológica, quise decirlo en vez de soportar las náuseas de comprimir verdades que no entenderías porque tal vez piensas mucho en ti o yo soy la egoísta aquí al no ponerme en tu lugar.
Hoy, madre mía, te quise decir a la cara que a lo único que temo de ti es a que me golpees, pero que tus amenazas ya no me asustan. Quizás nunca sabrás por qué, pero en este escrito de descarga para calmarme, lo escribiré claramente.
Tus amenazas ya no me asustan porque ya de por sí me considero un fracaso como persona y aún más intenso, yo ando por la vida deseando simplemente morirme de una vez.
Sé que me amas, se que existen más personas que me aman, pero carajo, yo sinceramente no lo hago.
Tus amenazas me hacen sentir vacía, porque no temo de ellas.
Ni siquiera vivo porque quiera. Vivo porque una existencia superior me permite levantarme.
¿Que todo va a mejorar? No sé si mi negatividad me ciega, pero carajo que simplemente veo que empeora.
Estoy harta de mí.
De pensar patéticamente sobre mí.
Estoy cansada de estar aquí cuando ya no quiero estar aquí
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Pensamientos insanos y recurrentes
RandomMucha porquería mental, tanto real como ficticia.