Bebé

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Tocas la puerta.

Sé que eres tú por aquel sonido peculiar que produces con tus nudillos en la madera.

Abro y te observo sonriendo; sé que traes lo que pedí.

Te acercas y me besas al tiempo en que posas tu mano en mi abultado vientre de 7 meses.

-"Cada día más hermosa, mi Eloísa. Nuestro bebé es grande y fuerte gracias a ti".

Sonrío tímida a pesar de llevar 6 años de matrimonio nunca me he acostumbrado a tus amorosos cumplidos.

-"Te amo, Eloísa"

Me dices mientras me cubres bien con las mantas y me brindas tu agradable calor corporal.

-"Yo también te amo"- Es lo que te digo mientras sigo a la somnolencia.





Estaba tranquila. Lo estaba. 

Fue aproximadamente a las 3 a.m. que empecé a sentir incomodidad y calor. Me removí ligeramente en la cama y empecé a tocarte para que despertaras.

-"Por favor, despierta. Por favor"

El dolor iba en aumento y mis miedos eran cada segundo más acertados.

No quería que pasara.

-"Cariño, despierta. ¡Despierta!"

-"¿Qué sucede, cariño? ¿Algo anda mal?"

Tu semblante cambió rápidamente y con las experiencias desagradables del pasado, te veo actuar rápido.

-"No te preocupes, amor. Todo estará bien" -Me dices al ayudarme a entrar al auto.

Besas mi frente y conduces mientras lloro y muerdo mis labios.

Siento el líquido correr entre mis piernas y aunque quiero creer que es orina, sé que no lo es.

Llevo mis dedos a la zona y al verlos teñidos en carmesí me entrego al miedo.

¿Por qué?

Dios mío...

Mi bebé

Pensamientos insanos y recurrentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora