Acto 2: Mírame a la cara. Por favor, mírame y admítelo.

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Atraviesas la puerta con aquella preciosa sonrisa y algo más se rompe en mí, o quizás sea mi pensamiento dramático.

Te acercas para rodearme con tus brazos, pero yo retrocedo.

Recuerdo que él no merece que yo acepte tus caricias. 

Él parecía muy bueno y yo no debo arruinarlo así como me arruinas tú a mí.

-"¿Qué sucede? ¿Por qué llorabas? ¿Amor?"

-"¿Me amas?"- Mi pregunta te dejó desconcertado y levemente disgustado.

-"¿Qué clase de pregunta es esa? Por supuesto que te amo. No estaríamos juntos si no fuera así. ¿Yo no te he demostrado mi amor? ¿Acaso no somos felices?"

-"Parecías amarlo más a él que a mí."

-"¿De qué hablas?"

-"Lo besaste con tanto cariño. Tus ojos eran cálidos y tus brazos lo rodearon suavemente. Yo te vi. Incluso desde donde estaba, sentí la diferencia entre él y yo".

Ante tu silencio lloro un poco más y me alejo para tomar un poco de agua.

Me sentía seco después de tanto derramar lágrimas.

-"Repetiré tus preguntas. ¿Yo no te he demostrado mi amor? ¿Acaso no somos felices?"- Vamos, yo puedo. Yo puedo terminar de romperme para soltarte.- "¿Yo no soy suficientemente bueno? ¡Respóndeme! Admite lo que hiciste. ¿Por qué me hiciste tu amante? No te atrevas a decirme que no estás casado."- Frente a él dejo el anillo sobre la mesa.

-"Yo ya no puedo ocultarlo, ¿verdad?"- Suspiras desganado. Tu expresión afligida me tienta a ilusionarme. Me hace pensar que tú me amas aunque sea menos de lo que le amas a él.

-"¿Cuándo te casaste?"

-"Hace 6 años".

-"¿Hubieron más amantes antes que yo?"

-"No".

Cuando nos conocimos ya estabas casado.

Cuando me hiciste el amor la primera vez, ya estabas casado.

Cuando me dijiste que me amabas por primera vez, ya estabas casado.

-"Realmente... Eres inigualable."- Lloro más fuerte y retrocedo cuando tratas de acercarte.- "Vete".- Mi voz sale apenas audible y me niego a retroceder.- "Vete y nunca regreses a mí".

-"¿Esta es tu decisión?"

-"No seré tu amante. Al menos no siendo consciente. No me importa estar patéticamente enamorado de ti. Yo no podría hacerle eso a él. ¿Cómo pudiste hacernos esto? Él parecía tan amable y yo nunca he hecho nada malo contra nadie, ¿entonces por qué me hiciste pasar por esto? Si sabías lo frágil que era cuando me conociste, ¿por qué me tomaste e hiciste pensar que era especial?"

-"Te tomé porque para mí eres especial".

-"No más que él... Yo no soy más especial que él a tus ojos"- Suspiré tembloroso y me abracé a mí mismo.- "Por favor, vete".

-"¿Cariño, estarás bien?"- Tu preocupación atravesó mi alma y me obligue a recordar que no has negado que tu esposo es más importante que yo. Que lo ama más de lo que jamás vas a amarme a mí.

-"Ya no me digas así. Ya es suficiente crueldad, ¿o no lo es para ti?"- Ante tu silencio decido agregar las palabras finales.- "Estaré vivo... y finalmente buscaré la forma de estar bien".

Te vi irte.

No querías soltarme, pero tampoco querías sostenerme con fuerza.

Fui fácilmente abandonado




Muchos usan la excusa del amor para consolarse al aceptar lo malo de la persona amada.

Sin embargo, no creo que en nombre del amor se justifique actos como quedarse conscientemente al lado de alguien que no te ama de la forma en que lo mereces.


Pensamientos insanos y recurrentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora