NADIE QUIERE LEY.

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John descendió por un estrecho elevador, revelando un oscuro mundo subterráneo que se encontraba oculto debajo del bullicio del establecimiento. La taberna de Screteen no era más que una simple fachada que ocultaba un bar clandestino repleto del tipo de personas que John más repudiaba.

Mientras descendía, su expresión facial cambio drásticamente a una bastante indiferente, al mismo tiempo que exploraba con la mirada su entorno. La oscuridad predominaba en el lugar, a excepción de algunas pocas zonas estratégicamente seleccionadas donde había una iluminación, aunque esta fuera muy pequeña. Eran luces de neón de color púrpuras que colgaban sobre las pocas mesas. Sin embargo, la escasez de mesas no se debía a que el sitio fuera pequeño, en lo absoluto, sino que se debía a que gran parte del espacio se utilizaba para otras cosas.

Esas "otras cosas" eran pistas circulares de baile, pero no se utilizaban para bailes comunes, inocentes y divertidos. Sino todo lo contrario a ellos. Estas se utilizaban para bailes eróticos y con muy poca ropa.

John soltó un pesado suspiro cargado de resignación antes de comenzar a adentrarse en aquel lugar, y cuando se alejó del ascensor, se escuchó un sonido familiar a sus espaldas. Aunque no se dio la vuelta, ni siquiera hizo falta para saber de qué se trataba, ya que él ya sabía, perfectamente, que ese elevador siempre que volvía a subir emitía ese mismo ruido. Por lo que no le tomo la más mínima importancia.

Abriéndose paso entre la penumbra, John tuvo que caminar con muchísimo cuidado de no chocarse accidentalmente con ninguna de las mesas ni con las meseras que a duras penas le eran visibles. Deteniéndose de manera repentina al percatarse de la presencia de una silueta que estaba a punto de cruzarse en su camino. A medida que se le acercaba, John la reconoció como una de las meseras y al verla tan cerca pudo notar los detalles de su atuendo. Ella llevaba puesta una diminuta blusa de color rosa chillón que hacía resaltar su escote y la acompañada con una diminuta falda de cuero color negro.

Girando la cabeza, tratando de ignorar lo que acababa de ver, John aguardó en ese mismo lugar unos segundos antes de continuar con su camino, dirigiéndose directamente a la zona más profunda del establecimiento subterráneo. Pero, al estar tan concentrado en su objetivo, accidentalmente paso justo debajo de una de las pocas luces de neón que habían en el lugar. Provocando que el joven se detuviera abruptamente, debido al sentimiento de muchas miradas que comenzaron a posarse en él. Al girar su cabeza, observó que todas esas miradas eran provocadas por los clientes, además de algunas de las meseras.

Al ser el blanco de todas esas miradas, John no hizo otra cosa más que soltar un pesado suspiro antes de darse media vuelta y continuar con su camino. Para él este comportamiento por parte de la gente de su alrededor no era absolutamente nada nuevo, sino todo lo contrario, y está era una de las principales razones por las que a John no le gustaba mucho salir del pueblo, mucho menos salir a visitar las pocas ciudades que existían en el planeta.

Casi siempre que John o Jim paseaban por las calles de alguna ciudad, ocasionalmente las personas a su alrededor se les quedaban mirando con esa misma mirada llena de curiosidad, y esto era debido a que en este planeta no habían muchos seres humanos, por lo que es bastante raro encontrarse con uno de ellos aquí. Aunque afortunadamente esto no le sucedía en el Bazar ni en la superficie de la ciudad de Enals, quizás porque esos eran los únicos lugares en donde lo raro era algo normal. Algo contradictorio, pero que también era muy cierto.

Ignorando todas las miradas de las personas a su alrededor, John continuó avanzando hasta llegar a lo más profundo del establecimiento subterráneo, lugar en donde se encontraba una extensa linea de color azul celeste que brillaba tanto en el suelo como en el techo y en las paredes. Al otro lado de aquella línea sólo había una pista de baile exclusiva, la cual estaba ubicada justo en frente de un largo sofá alfombrado y mullido que era de color magenta y tenía forma de media luna.

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