Día sábado, perfecto día para descansar de los problemas y la universidad y por supuesto darse una pequeña o muy larga escapadita a las fiestas que sin falta contienen alcohol, varios productos ilegales y chicas y chicos hermosos divirtiéndose y bailando por todo el lugar..
Sería fantástico si no fuera porque tenía actividades en el club de basquetbol.
Obviamente podría ignorarlo y salir de todas maneras, pero amaba tanto ese deporte que lo demás iba y venía como si no fuera nada del otro mundo.
-Haber. Mi toalla, botella de agua, mis tenis autografiados por mi amado Rick Barry.. si, tengo todo -declaro con un suspiro calmado y una sonrisa lo invadió cuando observó los tenís
Lo acaricio con delicadeza, esta era un tacto rasposo, que contenia algunas abolladuras, por supuesto no estaba limpia por lo que casi ni se distinguía la firma si no hubiera Sido escrita con un marcador profundamente negro. como era sabido se terminó raspando con la suela de esta, aunque no le dió importancia y simplemente siguió manteniendo esa sonrisa en su rostro.
Por supuesto esos tenis jamás los usaría, simplemente los tenía como amuleto de buena suerte cada vez que practicaba.
Miro la hora en su reloj de pared,
Guardo nuevamente los tenis y cerro el cierre de su bolso.Se reincorporo, puso el laza del bolso en su hombro y comenzó a caminar en dirección a la salida de su departamento.
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-Como cada club de basquet, nos invitaron a participar en un campeonato contra otros equipos de basquetbol como nosotros en dos meses.
La mayoría se vio sorprendida y murmuraban sobre esto mismo.
-¿Y ya tiene una idea sobre quiénes serán los titulares y suplentes entrenador?
Cuestiono un chico de estatura un poco alta con los cabellos pintados de un color rubio nada natural.
Su nombre era Mateo y su vestimenta era un tanto extravagante.-Aun no lo sé Mati, para eso se harán las pruebas en un mes dónde el director y yo veremos su rendimiento y dependiendo de cómo lo hagan se elegirán a los titulares y suplentes
Una libreta se encontraba en su mano izquierda mientras hablaba y anotaba el presente de cada uno en el club.
Su piel era blanca como porcelana y su cuerpo era un poco esbelto, contando con canas de ese mismo color y un suéter celeste.
El entrenador era prácticamente un anciano con sus sesenta y tres años cumplidos.-Desde ahora los que no se lo han tomado en serio deberían comenzar a hacerlo para que no queden en el banco en todos nuestros partidos -informo el hombre mayor con una voz suave-
Y ojo, no digo que estar en el banco sea malo, simplemente nunca sabrán si aman tanto este deporte si no juegan y esperimentan por su propia cuenta el sentimiento que estar en la cancha nos provocaLos jóvenes asintieron con una sonrisa y Alex no pudo contenerse y antes de que el entrenador siguiera con su monólogo, agarro la pelota de las manos de Rosi y la lanzó con emoción hacia el aro.
El entrenar lo observó con una pequeña sonrisa al notar que el tiro de Alex no había entrado pero que el chico festejara como si hubiera hecho un tiro perfecto y apesar de eso lo siguiera intentando, una y otra vez.
Rossi lo siguió con una sonrisa divertida y ambos comenzaron a pasarse la pelota y tratar de envocar en el aro.
-¿Pero que estás haciendo? Sus tiros son pésimos -musito uno de sus mejores jugadores confundido
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La Historia De Mí Vida
Teen FictionAlex riso, un típico estudiante estadounidense que desde los diez años solo ha pensado vivir su vida al máximo, y como hacerlo? Pues.. las fiestas habían Sido una buena ayuda hasta que.. Sus padres toman la difícil decisión de mandarlo a otro país...