Capítulo 1: Prefacio

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Entre Busan (Corea del sur) y Fukuoka (Japón), el 25 de febrero de 2037, cayó un meteorito al mar, algo que estos países restaron importancia. Sin embargo, esto no fue detectado por los satélites, generando que China pusiera cartas en el asunto, y se adentrara en la zona. Aproximándose en un navío, a 20 kilómetros del impacto, a la par de un helicóptero, aparentemente sin anormalidades, hasta que el barco se sacudió y las guías enloquecieron. Estaban justo arriba del meteoro. Causando la retirada de las aeronaves, a la vez que activaban los imanes para conseguir el astro. La nave marítima, era golpeada de lleno por el objeto extraterrestre.

Luego del impacto, la calma desapareció, el capitán, Zhang Bo Zihao, escuchó horrorizado la fuente de los gritos. Como si fuera una pesadilla, el lugar donde observó al astro, rodeado de sangre y solo a un hombre, siendo éste, la fuente del pánico. Dado a su puesto, indicó con autoridad ayudar a Xue Kong, el único trabajador entre 5 en sobrevivir, pero al costo de perder su pierna por completo; a su vez, dio órdenes de preparar una evacuación inmediata. Los marineros se movieron, dos de ellos auxiliaron al señor Kong y procedieron al protocolo de emergencia y evacuación.

Al despejar la zona, el jefe se sintió mareado, la muerte de personas cercana le causaban nauseas, y al no ver a su hermano lo empeoró, haciéndolo vomitar. En su estado de trance, el maquinista naval, Cheng Tian, se acercó al jefe por detrás y lo devolvió a la realidad, dispuesto a ayudarlo se adentraron en el barco, específicamente, a la sala de control. Allí mismo, el capitán configuró el radio, seleccionó el canal e informó la situación.

- ¡Mayday Mayday! Aquí la embarcación Hǎilong, posición 34.6888282 y 129.5895799, el barco se está hundiendo, tenemos muertos y heridos. Necesitamos asistencia y un barco de rescate. Un asteroide nos golpeó. Cambio- Sin embargo del otro lado la falta de respuestas, provocaba una desesperada repetición de la información. Zhang Bo, el jefe, enfurecido revoleo todo a su alrededor. Pero un estruendo alertó a ambos, generando que Cheng Tian advirtiera qué: era hora de irse.

Con el miedo y los nervios a flor de piel, los dos salieron de la habitación trastabillando, debido al balanceo constante. No obstante llegaron a la cubierta, y pudieron ver a la distancia a los demás trabajadores, en tanto los auxiliaron, equipando los botes de emergencias.

El tiempo transcurría, Hǎilong (El dragón de mar) se adentraba al océano y el peligro se aproximaba. La mayoría ya se encontraba dentro del barco salvavidas, restando a Tian y Bo Zihao. Nadie supo que pasó por la cabeza del capitán, solo que empujó al maquinista dentro del salvavidas y los encerró. Lo llamaron desesperados implorando que entrara, pero el señor Zhang se negó frente a ellos, con una mirada vacía.

Por honor al mar, el capitán del Dragón del mar, Zhang Bo Zihao, falleció aquel día, junto a su barco, junto a sus otros trabajadores y; junto a su hermano. Atados o no por el destino, aquel suceso fue el fin de una pesadilla, pero el comienzo de otra desgracia.

IRREGULARES: Mundo PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora