Capítulo 6: Atípica Noche

7 1 0
                                    

Las autoridades locales y una gran parte de los ciudadanos subestimaron la cuarentena, reduciendo la vigilancia en sectores claves de la ciudad. Uno de estos puntos fue el aeropuerto, causando que personal no autorizado ingresara y egresara del establecimiento. A causa de esto, hackers filtraron videos de seguridad, donde a sorpresa de muchos, un adolescente se habría infiltrado al establecimiento.

El plan de contingencia perdió cualquier control imaginable, resultando que el incidente aislado se convirtiera en una gran crisis. Los disturbios fue solo el comienzo, la desesperación estalló en formas de saqueos, recolectando bienes necesarios y además artículos de valor, esto irritaría a las fuerzas que pedían un orden.

Tras el calor de la confrontación falleció una persona, nadie imaginaria que estuviera infectada, causando enfrentamientos y tuviera un resultado fatal. La consecuencia fue rápida y despiadada, los infectados resucitaron y atacaron a los no infectados, propagándolo a una velocidad alarmante.

Según los últimos encabezados, este virus fue catalogado como IRR-49, los últimos síntomas reconocidos era fiebre y malestar corporal, dependiendo la inmunidad de la persona, lograrían resistir entre media hora a ocho horas hasta su fallecimiento, al cabo solo minutos resucitarían y atacarían a los cercanos a su alrededor.

Muchos internautas subieron grabaciones en redes sociales, varios de ellos perdían su vida por obtener dichos videos. Estos "Irregulares" mostraban un comportamiento errático y caníbal cerca de seres vivos, pero eran lentos y con los días sus cuerpos se pudrían.

Luego de cinco largos meses, el exterior fue dominado por estos muertos vivientes, la electricidad fue cortada, la señal telefónica cayó y la falta de radio mantuvo a la familia Knox desinformada. Todos estos sucesos preocuparon al inmunólogo, ya que no podría seguir con su investigación y causó que su crisis nerviosa regresara.

El señor y la señora Knox optaron por lo seguro, refugiarse y permanecer en su hogar, cuidando de sus hijos. Con el tiempo, los días cálidos se tronaron fríos y monótonos, la tranquilidad de las calles fueron remplazadas por las pisadas y gruñidos de los irregulares, para bien los comestibles no habían escaseado, pero con la llegada del invierno su refugio se volvió helado y húmedo.

Edmund despertó sobresaltado, recuerdos viejos aparecieron en sus sueños nuevamente, inhalaba y exhalaba aire tratando de calmar su acelerado corazón. Al recuperarse observó detenidamente a su alrededor, solo era oscuridad.

Actualmente, con la temporada de ciclones, solo se escuchaba la lluvia torrencial, creando un ambiente opresivo y preocupante para Edmund. Se recostó junto a su esposa para evitar sentirse abrumado, ¿Cómo es que llegaron hasta ese punto? ¿Pudo haberlo evitado? ¿Qué habrá pasado con sus conocidos?

La tensión acumulada en esos últimos meses generaba millones de preguntas en su cabeza, pero nunca obtuvo respuestas. Cerró los ojos con molestias, deseando que se terminara pronto esta larga pesadilla, o volver al pasado para evitar todo ello, así él y su familia podrían estar felices en un mundo seguro.

-Papá -habló por lo bajo Dashiel Knox - ¿Estás despierto?

El adulto reaccionó de inmediato, se sentó en la cama y observó al adolescente en la puerta, quien sostenía una vela alumbrando nítidamente la habitación. Debido a las bajas temperatura, vestía ropas abrigadas y sus lentes reflejaban la llama del objeto en sus manos.

-Hijo, ¿Qué ocurre? ¿No puedes dormir? -preguntó Edmund antes de levantarse e ir hasta su hijo.

-Estoy escuchando otros ruidos desde mi ventana -dijo retrocediendo por el pasillo mientras era seguido por su padre, dirigiéndose a su habitación.

IRREGULARES: Mundo PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora