SERENA
Enarqué una de mis cejas después de que mi hermano me presento al dios de la destrucción Bills; el ser flotante que tenia un báculo en una de sus manos parecía ser un ángel, muy distinto a como lo pintaban en ciertas culturas.
Aunque yo ta sabía todo eso, pues ellos y yo, teníamos una pequeña cuneta pendiente desde hace meses atrás.
Parece que en el tiempo que estuve lejos de casa, pasaron cosas; muchas cosas de las cuáles no estaba enterada y nadie planeaba decirme. Una de ellas la existencia de Bills y Whis.
– Trunks, ¿como es que los conocen? – pregunté intrigada.
– Han pasado muchas cosas desde que te fuiste, querida hermana.
– Es un placer volver a verla, señorita Serenity o debo decir, Valkirya galactica, Serena – dijo el dios d ela destrucción sorprendiendo a todos.
– Tengo entendido que usted estaba de viaje y regresó para quedarse ¿correcto? – preguntó Whiss.
Whiss era un ángel y el maestro de Bills, a comparación del dios, el ángel era más tranquilo y más gracioso, bromista y muy amigable, al menos yo lo sentí así.
– Correcto – asentí a Whiss – es bueno verlo de nuevo, señor Bills.
– Por lo que veo, ustedes tres ya se conocían – comentó mamá.
Mire de reojo a mamá, tenía su cara de querer una explicación con urgencia.
– Quisiéramos saber la historia – intervino Goku.
– Nos gustaría, pero no hay tiempo para eso, Son Goku – negó el ángel – Serena o Serenity, la tierra y el universo entero corren un gran peligro justo ahora.
– ¿A que te refieres con eso? – cuestioné – las Valkiryas nos aseguramos del orden en todos los universos.
– El idiota de Kakaroto tuvo la brillante idea de decirle a Zeno-sama que hiciera aún torneo con los doce universos – comentó papá molesto.
– ¿Que él hizo que cosa? – pregunté alarmada viendo a Goku – dime que es una maldita broma.
Goku de manera nerviosa río rascando su cabeza a la vez que negaba.
– Pero, ¿Que hiciste, Goku? Acabas de sentenciarnos a todos a una muerte segura.
– ¡¿Qué?!