Go home, get ahead, light-speed internet

1.8K 149 51
                                    

—Qué cojones—, dice Ashton en voz alta una vez que Louis Tomlinson entra en la sala detrás del escenario, apenas diez minutos después de terminar el concierto—. ¡¿Chicos?! —, grita justo después, mirando por encima del hombro, aunque hay pocas posibilidades de que los otros miembros puedan escucharlo, ya que todos se han ido a ducharse—. CHICOS, ¡¿Qué hemos hecho?!

Ashton suena dramático, pero está fingiendo y sonriendo ampliamente a Louis, quien se detiene frente al sofá. Louis le lanza una mirada poco impresionada, pero su boca se tuerce con diversión.

—Qué amable de tu parte ser tan acogedor, amor—, comenta.

Louis luce inmaculado: pómulos marcados, cabello suave y un atuendo semi casual totalmente negro. Sus manos están metidas en los bolsillos de sus pantalones y lo hace parecer... bueno, sin cargas encima. Es lo que hace Louis en la industria musical en estos días. Trabajó duro tanto para su sello discográfico como para su compañía de gestión y se ganó el respeto. Y conexiones. Es un hijo de puta poderoso cuando se trata de este juego.

—Lo siento, pero en mi defensa—, Ashton se levanta lentamente, sus músculos ya están doloridos por dar todo lo que tiene en el escenario—. No tengo ni puta idea de qué estás haciendo aquí, amigo—. Todavía está empapado de sudor por el intenso espectáculo, pero Louis lo abraza y ni siquiera se inmuta.

—He venido a veros, ¿no? —, señala Louis una vez que se separan. Ashton vuelve a dejarse caer en el sofá, mientras que Louis comienza a deambular sin rumbo fijo.

—Sin embargo, el concierto acaba de terminar—, señala Ashton, sus ojos siguen al hombre con curiosidad.

—Me he dado cuenta de eso, sí—, comenta Louis. Puede que sea mayor y el jefe, pero en el fondo sigue siendo un mocoso presumido—. Lo he visto todo desde el palco.

Tal vez no sería tan sorprendente que Louis apareciera al azar en el concierto de la banda que dirige y produce, si no fuera en Portugal. Están en Lisboa ahora mismo, por el amor de Dios y aparentemente, Louis Tomlinson decidió pasarse por allí.

Antes de que Ashton tenga la oportunidad de señalar lo ridículo que es eso, Calum regresa a la habitación, en bata de baño y con un fuerte olor a gel de ducha. En el momento en que sus ojos se posan en Louis, la confusión aparece en su rostro.

—¿Qué hemos hecho? —, pregunta, sin saberlo, haciéndose eco de las palabras de Ashton de un momento antes.

No es una coincidencia. Mira, Louis se toma muy en serio a todos sus clientes, pero no tiene tiempo para manejarlos personalmente. Tampoco puede ser él quien produzca cada una de las canciones que salen con el sello de Lost Records. Está sentado en la parte superior, es decir, tiene personas que hacen todo eso y luego informan a otras personas, que informan a otras personas, que informan a Louis. Por supuesto, se toma el tiempo para conocer personalmente a cada banda o músico que firman y trata de escuchar cada canción antes de que salga, pero esas dos pequeñas cosas son algo que apenas cabe en su calendario.

Es un hecho conocido que si un artista ha firmado con Loud Management o es producido por Lost Records la caga —, realmente la caga—, Louis Tomlinson se subirá a un coche o a un avión y vendrá personalmente a darles la charla. Todo el mundo lo sabe a estas alturas. Es una especie de cosa en la industria. Louis es amable y comprensivo. Trata a sus clientes como desearía que lo hubieran tratado en One Direction. Aprendió de la experiencia y es muy, muy bueno respetando a los artistas con los que trabaja cuando se trata de sus elecciones artísticas y sus vidas privadas. Dicho esto, no querrás que venga a verte sin previo aviso.

Es principios de enero. La última vez que tuvo que hacer un viaje así fue hace unos meses y fue a Ámsterdam. Así es como terminó en el concierto de Harry; y en su habitación de hotel.

Leave It At That • [ls ; traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora