El amor no es para tontos (Después de todo) (Rigleen)

Capítulo 8: Después de la graduación.

Demasiadas cosas habían sucedido, comenzando por el rompimiento de Mordecai con CJ y el descontento de Margarita con este por lo sucedido en la boda de Musculoso.
Rigby le había confesado a Mordecai el hecho de que tenia varios meses siendo novio de Eileen, y por fin, Margarita volvía a estar con ellos.

Rigby había tomado la decisión más importante de su vida hasta ahora, que era terminar la secundaria para que Eileen pudiera sentirse orgullosa de él y ver que se preocupaba por su educación.
Había logrado mejorar la relación con su hermano, conseguido el respeto de su antiguo bully de secundaria, ido a China, y ahora había mejorado la relación con su padre al salvarle la vida, aunque esto le haya costado su auto.

El asunto del auto de su padre había terminado, y este ahora apreciaba a su hijo.
Rigby estaba feliz de eso, sin embargo aun había conflicto, no podía creer que después de tantos años, su padre, así como así ahora confiaba en él.

Terminando el baile, el padre de Rigby se había ido en la grúa junto al auto, dejando a Rigby y Eileen solos, y Aiden, el hermano de Jablonski, se había ofrecido a llevarlos de nueva cuenta al baile.

Fueron en el asiento trasero, donde Rigby estaba un tanto callado, pues había estado pensativo sobre todo el asunto de su padre.

Una vez en el baile de nuevo, tras lo sucedido, ni Rigby ni Eileen se sentían con ánimos de seguir bailando.

-Vaya, las cosas si qué se pusieron intensas en la colina, ¿no lo crees? - Eileen estaba recargada en una pared del gimnasio.

-Y que lo digas, de no ser porque cada semana Mordecai y yo nos enfrentamos a situaciones de vida o muerte, habría estado más asustado. - Bebía de una soda qué había contrabandeado.

-Si, y ah... ¿quieres que nos vayamos a casa, Rigby?

-No quería pedirlo yo. - Dejó la soda. - Anda, vamos Eileen, es un tanto tarde.

-Tranquilo. Mañana es viernes, ¿recuerdas? - Ella levantó las cejas.

-See, es cierto, y no trabajo hasta las 10, será mejor que nos vayamos ahora, espero que no te moleste tomar el autobús. - Caminaban a la salida.

-Tranquilo, esperaba llegar en autobús al baile, no nos queda otra opción.

Salieron del gimnasio, tan solo tuvieron que caminar hacia la parada del autobús qué quedaba dando la vuelta a la escuela, que afortunadamente solo tendrían qué tomar un autobús para poder llegar a casa de Eileen.

Durante el camino, Eileen tomaba la mano de Rigby, mirando el camino y la noche estrellada.

-No era la forma en que esperaba que esperaba que terminara este baile, de verdad, dudaba de que algo raro nos fuera a suceder. - Eileen se tocaba la frente mientras resistía su risa.

-¿Que puedo decir? Supongo que me lo busqué. - Rigby miraba a otro lado.

-Oye, mira el lado bueno, pudiste reconciliarte con tu padre, ganaste su confianza, el derecho de usar su auto... cuando lo reparen, claro.

-Si, supongo... no quería ser el único perdedor qué llevara a su pareja en autobús. - Dijo rascándose la cabeza.

-Oh Rigby, sabes que no me importaría, aprecio qué lo hicieras por mi. - Ella sonreía.

-Bueno, si... tienes razón. Oh mira, nuestra parada.

Se levantaron de sus asientos y bajaron del autobús para caminar las dos calles qué tenían que cruzar para llegar a casa de Eileen.
Rigby seguía serio, y ella claramente lo notaba.
Decidió no decir nada hasta que llegaran a la casa.