Reto tres (Matrimonio arreglado)

154 11 27
                                    

La jovencita lloraba y lloraba sobre el cuerpo difunto del padre. Su amado señor Pilaf había abandonado este mundo, y por desgracia, con un último suspiro las esperanzas de una vida dulce para la triste muchacha se habían esfumado también. La última voluntad del honorable señor Pilaf yacía en unos papeles firmados por él antes de fenecer, y la muchacha no podía creerlo. Los abogados, y mejores amigos de la familia, los hermanos Lapis y Lázuli, acababan de leerle las pautas a Mai, la doliente. Según los documentos, la fortuna del señor Pilaf pasaría a manos de Trunks Brief, primogénito de su finado amigo, el señor Vegeta, al igual que el otorgamiento de la mano de la señorita Mai, que ahora, técnicamente, pertenecía a Trunks Brief.

Mai se alteró al escuchar la edad de su futuro esposo y protector.

—Tiene ochenta años —le dijo Lázuli con su característica calma.

Mai la miraba incrédula desde la cama, con la cara enrojecida por el llanto.

—Pero...

—Lo siento, Mai —le dijo la mujer rubia.
Pero no tienes de que preocuparte... Trunks Brief es un hombre muy respetuoso; cuidará bien de ti.

...

Pudo haber escapado, ¿pero qué hubiera hecho? Sin parientes ni un lugar adonde ir solo terminaría en las calles, peligrando. Su única esperanza recaía en ese hombre desconocido. Pensó que como se trataba de un anciano, quizá las cosas serían fáciles. Quizá él la trataría como a una nieta.

Y la carroza se meneaba bajo el cielo nublado.

—Te ves hermosa —le dijo Lázuli, y le acomodó la falda del vestido de novia.

Mai iba con la cabeza baja.

Pronto asomó la mansión impresionante de Brief. Lapis admiraba la arquitectura y Lázuli el tamaño.

—Vaya... —dijo la rubia, pasmada.

Mai no podía ver. Tenía el corazón apretado, y las lágrimas a punto de fluir.

—Vamos... —la invitó la rubia a salir.

...

Dentro de la mansión los únicos que asistían la ceremonia eran los hermanos Lapis y Lázuli, así como algunos sirvientes. Mai temblaba junto al párroco, que ya tenía su Biblia abierta.

En breve se presentó un caballero vestido de blanco. Mai se preguntó quién era, puesto que no tenía el porte de un anciano. Rápido, sin expresión, se aproximó a ella. Al verlo posicionado frente a ella, su pecho se llenó de dudas. No era como se lo había imaginado. No era un anciano gordo y con bastón. Él estaba muy erguido, y se miraba fuerte. El saco ceñía los músculos de los brazos. El rostro tenía arrugas pero era apuesto. Demasiado apuesto, temía Mai. Una barba espesa, lila, igual que el cabello, encubría el mentón. El hombre mayor se tomó las manos, esperando así el inicio de la ceremonia. Mantenía la cabeza baja; ni siquiera miraba a la novia. Parecía desesperado por que concluyera ya.

Lapis y Lázuli observaban la boda incómodos; no podían evitar preguntarse qué pasaba con el novio.

El párroco recitaba las últimas palabras. Cuando por fin llegó el <<Puede besar a la novia>>, Trunks le alzó el velo a Mai. Entreabrió la boca y retrocedió dos pasos tras ver a la novia. Mai abrió la boca; ¿acaso le había desagradado? Y con este pensamiento vino a ahogarse más. Brief le tocó las manos por encima, como no queriendo hacerlo. —Así está bien —le dijo al párroco.

...

Mai escuchaba la conversación a través de la pared.

—Es demasiado joven —comentó Trunks.

Ao to Kuro (Future TruMai Week 2023)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora