Ao to Kuro (Future TruMai Week 2023)

(Tema libre 3)

—Si me das un besito me curo más rápido —le dijo Trunks con los labios alzados, listo para que la chica pegara los suyos.

—¡Pelado! —exclamó Mai para enseguida darle un golpe en la frente, cosa de la que se arrepintió de inmediato porque el chico sufría de fiebre.
¡Ay! —exclamó arrepentida—, ¡cómo lo siento!

Y le volvió a colocar el paño en la cabeza que se había caído con el golpe. Trunks se quejó un poco, pero por dentro estaba feliz; tener a Mai ahí para él no tenía comparación. Era suya por lo menos por una tarde, y quizá también durante la noche; eso solo si agravaba, cosa que pedía a los dioses. Era mejor morir pero en manos de Mai; solo un loco enamorado podía pedir esas cosas.

La señora Bulma se encontraba ocupada en el laboratorio, por lo que le había pedido a Mai que se encargara de Trunks, quien había contraído un serio resfriado.

Cuidar del muchacho era todo un lío, sobre todo por sus pretensiones.

Mai agarró del ungüento de hierbabuena y comenzó a untárselo a Trunks en el pecho. El muchacho, gustoso, cerró los ojos, dejándose llevar por el toque de la mujer amada y cayendo en las garras del placer. Rio contento. —Mai, si haces eso, me voy a excitar —dijo con los ojos cerrados, entre risitas.

—¡¿Quieres que te golpee otra vez?! —le preguntó Mai, furiosa.

Trunks se carcajeó a duras penas. Y con los ojos cerrados, le dijo: —No me molesta si me golpeas; me gusta recibir tu toque, Mai. Si muero, que sea en tus brazos —terminó sonriente.

Mai se sonrojó. Ella también lo quería pero... él no lo sabía; odiaba la idea de decírselo. —¡Ya cállate! —le ordenó abochornada.
¡Además quién te dijo que vas a morir! ¡Eres un saiyajin! ¡Una gripe no te va a matar!

El muchacho abrió los ojos. Sus bellos luceros se vieron más impresionantes que nunca. Se clavaron en el alma de Mai. Ella entreabrió la boca. Los ojos azul oscuro chocaron con los de azul claro.

—¿Y si muriera sin decirlo? ¿Y si muriera sin recibir ni un poco de amor?

—No digas eso, Trunks —le dijo ella enternecida, hablándole en voz baja. De pronto los ojos de Mai parecieron un océano, pues se volvieron acuosos.

—¿Entonces no me vas a amar ni un poco? —le preguntó el muchacho en ruego.

—Yo...

Y Mai le dio la mano. Pero ya se sabe: jamás se confíe en un saiyajin.

Trunks sonrió y haló de su mano hacia la cama. Mai se había visto enredada en las cobijas y en los brazos del muchacho rastrero. —¡Trunks! —le gritaba irritada mientras trataba de liberarse de él, y el muchacho, juguetón, reía.

Rápido la supo calmar. —Vi tus ojos... sé que me amas  —le hizo saber el jovencito. Mai escondió la cara en el hombro del chico.

Trunks, sin soltarla de las muñecas, la acomodó bocarriba y se puso sobre ella. Mirándola a los ojos, le dijo: —Nos amamos.
Y con esta aseguranza, le dio un beso en los labios que Mai no pudo evitar corresponder; lo amaba con toda el alma. Al final los dos rieron y se quedaron abrazados bajo las cobijas. Trunks le contagió el resfriado a Mai, desde luego.

Nota de autor: ¡Hola 😍! Has llegado al drabble final de esta colección 💖. Espero que te sientas feliz y al menos un poco satisfecho 💓. Te agradezco de corazón te tomaras el tiempo de leer cada una de estas historias, que fueron escritas con mucho amor pese a los contratiempos. ¡Los quiero 💞!