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Cafetería Levanter:

Jeongin fregaba el suelo sin ganas, un niño habia derramado todo el chocolate por el suelo y su madre había pagado rápidamente para salir corriendo avergonzada. A él le gustaban los niños, el año que viene empezaría la universidad, y tenía claro que haría un magisterio de educación infantil, pero por un momento, deseó que ningún niño entrase a la cafetería de sus tíos nunca más.

Suspiró por octava vez en lo que llevaba de día, una hora, una sola maldita hora había pasado desde que había abierto y ya deseaba enterrar la cabeza en el suelo.

Solo quedaba un chico en el establecimiento, era cliente habitual, no sabía nada realmente de él, salvo que era graciosamente bajito y que le gustaba comer cosas dulces a pesar de vestir como un completo macarra. El chico iba cada mañana, tomaba un bollo de crema o chocolate, un café latte y pasaba allí media hora con cara de culo antes de salir del lugar.

Fregaba con asco sin saber que ese día su vida daría un giro de ciento ochenta grados gracias a dos australianos amantes de la música y el baile.

Fregaba con asco sin saber que ese día su vida daría un giro de ciento ochenta grados gracias a dos australianos amantes de la música y el baile

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DLC - Minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora