Capítulo II:
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MUJERCITAS
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Alcohol. Mucho alcohol para el dolor.
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Sakura.
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―Sakura―
―Karin―
―Él no te ama―
―Lo sé. A ti tampoco―
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Para las que cada vez que están ebrias le siguen confesando su amor.
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Cuando conocí a Karin tenía dieciséis años y supe que éramos demasiado parecidas, la misma altura, similar cuerpo, el mismo gusto. A mi Karin me parecía bellísima. Su cabello de esa hermosa tonalidad rojiza, sus ojos de ese color marrón tan extraño que hasta parecían rojos y hasta su personalidad acosadora y sensual me encantaba.
Karin, era mi mejor amiga y mi rival número uno.
Las luces iban y venían, la casa estaba demasiado llena y el alcohol sobraba por todos lados. Era mi primera fiesta universitaria, había logrado ingresar a la universidad que siempre quise y no había tenido que separarme de mis mejores amigas porque habíamos logrado ingresar a la misma fraternidad y después de tres largos meses volvería a verlo.
―Sakura―
Besando a otra.
―Lo siento― Se disculpo Ino a mi lado ―No quería que vieras eso― Comentó en voz baja.
A Karin para ser exactos.
―Descuida― Sonreí, mis ojos estaban rojizos a causa de la gran cantidad de alcohol que había ingerido esa noche pero aún así, rojizos, húmedos e irritados, mis ojos no se apartaban de ellos ―Estoy acostumbrada― Susurre.
Ino me miro con lástima, cosa que realmente odiaba que hiciera, aunque no podía culparla si siempre le causaba el mismo sentimiento. Ino era mi mejor amiga, la mejor de las seis, a ella la conocía desde niñas y a pesar que durante nuestra infancia estuvimos mucho tiempo peleadas, por él, ella logró superar su amor infantil.
Yo obviamente no.
―¡Sakura, deja eso!― Chillo Ino intentando arrebatarme la botella de vodka de la mano.
― ¡Déjame!― Le grite enojada pegándole un manotazo.
Ino bufo entre frustrada y enojada, me miro con fastidio al ver la nueva escena que la pelirroja y yo íbamos a montar nuevamente por Sasuke Uchiha, murmuro algo enfurruñada y se alejó de mi, supongo que no quería ser testigo de mi autodestrucción por ese idiota. Empine nuevamente la botella y me acabe lo que quedaba del vodka con pomelo, varios chiflaron y me corearon animándome a terminarme esa botella.
Sonreí cuando quedo vacía, el fondo de vidrio sonó cuando la deje sin cuidado sobre la barra y unas inmensas ganas de vomitar me invadieron. Lleve mis manos a mi boca aguantando las arcadas.
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Mujercitas.
Любовные романыA pesar de vivir en la misma fraternidad y alegar ser hermanas, se la pasan discutiendo y peleando. Son muy opuestas y eso aumenta sus discusiones pero al final del día se dan cuenta que todas tienen algo en común, son mujeres y están enamoradas. A...