Mujercitas.

Capítulo VI: Temari. Tenten. Sakura.

Capítulo VI:

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MUJERCITAS

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No es él. Mucho desinterés para que te guste más.

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Temari.

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―Esta buenísimo―

―Si pero no me pasa nada―

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Para ti que ese chico nuevo que conociste esta para matarlo, mil veces más bueno y aún así no te hace sentir nada.

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Suspiré como por quinta vez mientras apretaba el vaso de cerveza entre mis manos. Allí a unos metros de mi estaban Shikamaru y Kin, aparentemente su nueva novia, riendo y divirtiéndose mientras yo estaba como una acechadora observándolos.

―¿Qué ocurre?― Pregunto Sakura a mi lado.

―Nada―

―Temari― Dijo mi nombre a modo de reproche y me quito el vaso de cerveza de la mano.

Sakura era mi mejor amiga y no podía ocultarle nada. Así que solo le señale con la cabeza la parejita feliz. Ella chequeo la lengua y tiro de mi mano.

―Ven, voy a presentarte un amigo de Sasori―

Yo realmente no quería conocer a nadie. Pero no pude evitar abrir la boca cuando Sakura se aproximo a él y sonrió de lado.

―Te quiero presentar a alguien― Dijo la pelirrosa tomándolo del brazo y él volteo a verme.

Era mucho más alto que yo, el pelo color gris, los ojos oscuros y tendría alrededor de unos veinticuatro o veinticinco años.

Él no era un niño. Era un hombre.

―Ella es Temari― Me presento ―Y le gusta mucho la religión― Dijo divertida y Sasori la tomó de la cintura alejándola de nosotros.

―Lo siento―Murmure apenada y él se acercó más a mi ―Sakura esta algo ebria― Dije divertida y apreté mis manos nerviosa.

El tipo estaba para comérselo.

―Descuida. Me alegro al fin poder conocer a la amiga de Sakura― Susurro acercándose aún más y su perfume inundó mis pulmones ―Temari―

Y el solo oír mi nombre de sus labios hizo que un fuerte calor se instalará en mi bajo vientre. Me sirvió un vaso de cerveza y tomo mi mano para guiarnos al medio de la pista de baile. Sakura abrió la boca exagerada a unos metros de mi y sonrió divertida. Yo solo le devolví el gesto. Cuando se volteo hacia mi y me abrazo de la cintura creí que iba a desmayarme.

Él me intimidada y mucho. Y me gustaba. Demasiado.

Pasó una mano por mi cintura atrayéndome a su cuerpo y en la otra tenía el vaso de cerveza. Sonrió de lado y se acercó a mi, sentí como su nariz rozaba la mía y casi se me resbala el vaso de cerveza de la mano cuando pasó su lengua por mi cuello. Yo aún no sabía ni cómo se llamaba pero no podía preguntarle en ese momento.