•ISABELLA PARKER.
—No digas que esto volvió hacer un error, porque estoy seguro que no lo es.
Yo fría sin saber que decir.
—Quien dijo que para poder expresar sentimientos se necesitan palabras, acaso nunca has sentido lo deslumbrante que es el poder de una mirada, —Dijo Weibel tras soltar una risa de media luna.
—Yo atónita por lo que acaba de pasar. Yo lo miraba y puedo decir que no me quedaban ganas de mirar a nadie más, en ese preciso momento entendí que... los ojos le pertenecen a la persona que los hace brillar.
—No dirás nada Parker? —Dijo Weibel mirándome fijamente.
—Realmente que acaba de pasar, ósea me confundes totalmente Weibel, —Le dije rodando los ojos, ya es tarde y mañana hay trabajo —Dije, queriendo ir a mi habitación.
—Si, buenas noches Parker, y feliz cumpleaños.
—Buenas noches, Weibel.
Entrando en mi habitación y sentada en la cama pensando con detención lo que acaba de ocurrir, ese chico me confundía de una manera inexplicable, minutos después me eché a la cama y me quedé mirando al techo por un largo rato hasta quedarme dormida.
El despertador sonó ya eran las siete, no queriendo pararme lo hice sin mucho ánimo, bajé y noté que Maik aún dormía, mientras me preparaba un café vi a Maik despertándose pues la cocina y su habitación quedaban parejas y él había dormido con la puerta de su habitación abierta, —Que descuidado pensé.
—Buenos días Parker, —Dijo tras soltar una sonrisa de media luna.
—Buenos días Weibel.
— A qué hora sales del trabajo, hoy entró de turno en la tarde a la biblioteca así que haré algunas cosas aquí en casa. —Dijo.
—Hoy saldré temprano —Dije respondiendo su pregunta.
—Bien, quiero llevarte a un lugar, te parece?
—Mmh, bueno okey, nos vemos más tarde, ya me tengo que ir, —Dije, después de acabarme mi taza de café.
Después de ir a mi trabajo decidí pasar por la biblioteca, me gustaba ir allí.