◆Tʜᴇ ᴍʏsᴛᴇʀʏ◆

꒷꒦꒷𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟒꒦꒷꒦

¿Nuevo amigo?

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"Entonces... ¿A donde vamos, exactamente?"- pregunte, totalmente ajeno de a donde nos dirigíamos mientras jugaba distraídamente con aquel artefacto que me regalo Shanks. Iba de la mano con mi abuelo que se notaba más amargado que de costumbre.

"Vamos con unos amigos míos. Más te vale no quitarte ese maldito sombrero que te dio el pelirrojo que si no te quedas sin abuelo"- me amenazo, yo solo tuve un escalofrió al pensar en la posibilidad de que mi sombrero se vaya volando mientras aun iba de la mano con mi abuelo. Por reflejo guarde aquel artefacto y me asegure de tener el sombrero bien ajustado a mi cabecita -"estamos llegando"-

"O-okey"- fue lo único que dije mientras tomaba el ala del sombrero con fuerza, más adelante pude empezar a divisar una cabaña, estaba en un estado ni muy malo ni muy bueno. Me mordí el labio, inseguro de si aun querer avanzar. Mi abuelo se dio cuenta de que me detuve y solo suspiro, me tomo desprevenido cuando puso ambas manos bajo mis axilas y me levanto. Me dejo suspendido en el aire hasta que me acomodo en uno de sus brazos. Yo seguía procesando todo con una cara de retrasado cuando vi el leve temblor que tuvo al levantarme del suelo.

Él siguió avanzando hasta que quedamos frente a la puerta de aquella cabaña, sostuve con aun más fuerza mi sombrero al tener el presentimiento de que algo me iba a asustar. Él toco la puerta y esperamos un rato, se escuchaba que se acercaban fuertes pisadas desde adentro. Se abrió la puerta y de ella salió un hombre bastante... Corpulento, gritando y amenazándonos, era pelirrojo de cabello largo rizado.

"Que raro... Nunca había visto a un hombre con tal cantidad de cabello"- murmure sorprendido y con la cabeza inclinada a un lado, obviamente mi abuelo se rio un poco cuando oyó mi comentario pero se recompuso y le empezó a hablar a aquel hombre raro. Yo me estire y me empecé a asomar por encima del hombro de ji-chan, me puse a ver todo el área, era bonito pero a la vez no. Vi unas bonitas flores rosadas en la copa de un árbol, ¿Ya era esa época del año y yo ni enterado?.

Me empecé a remover para que mi abuelo me bajara para poder ir a ver las flores, este se empezó a hartar de que me mueva tanto mientras hablaba con ese tal Dadan. Movió ambas manos y me dejo caer de culo al suelo. Sin decir algo, adolorido me empecé a levantar para dirigirme a ese árbol de sakura. Saque del bolsillo en el que estaba la guadaña desplegable mi libreta y mi lápiz, tal vez podría intentar dibujar aquel árbol...

Mientras me sentaba de piernas cruzadas en la raíz del árbol logre ver que algo se movía a la lejanía, era una sombra que poco a poco se aclaro para dejar a la vista a un niño pelinegro, tenia pecas y se veía bastante malhumorado cuando vio a mi abuelo en la entrada a la cabaña. Detrás de el había un jabalí todo ensangrentado y muerto, él lo estaba arrastrando. Sentí un escalofrió subir por mi espalda.

Mientras se dirigía a una piedra y se sentaba en ella con el jabalí a un costado, su mirada recayó sobre mi, sentía que me veía el alma y juzgaba todo mis pecados con aquella intimidante mirada. Trague saliva y desvié mi mirada a mi libreta, ya tenia dibujado el tronco del árbol, solo falta las hojas, con mi mano temblando empecé a dibujarlas junto con las flores.

Todavía sentía aquella mirada sobre mi, empecé a escuchar pasos acompañados por el crujido de hojas. Parecía que se dirigían a mi, lo cual se confirmo cuando vi que una sombra se levantaba sobre mi libreta (que estaba bastante seguro que no era de mi cabeza). De a poco levante la cabeza y ahí vi al pecoso viéndome cruzado de brazos con una expresión que no sabría decir si era de indiferencia, malhumor, curiosidad o una combinación de las tres.